Una persona sin comportamientos erróneos

Aarón Pérez
5 feb 2021
10 Min. de lectura

En post anteriores de este blog, te comparto algunos de los comportamientos erróneos que nos conducen por el camino del victimismo y del sufrimiento. En este post te quisiera compartir el retrato de una persona que se ha liberado de comportamientos erróneos. Personas que por lo general están demasiado ocupados viviendo como para fijarse en lo que hacen sus vecinos. Es posible que personas sin comportamientos autodestructivos parezcan personas de ficción, pero se trata de una posibilidad real. Tienen un aspecto normal, pero se desarrollan de forma distinta a la mayoría y se distinguen por su capacidad de vivir cada instante de forma creativa. Sin embargo esa diferencia no es fácil de discernir por medio de los conceptos con los que tradicionalmente clasificamos a las personas. Pueden ser ricos o pobres, hombres o mujeres, blancos o negros, vivir en cualquier parte y hacer casi cualquier cosa. Más allá de eso, tienen un factor en común: están libres de comportamientos erróneos. Para reconocerlos tienes que observarlos y escucharlos.

Probablemente lo más evidente es que son personas que disfrutan prácticamente de todo lo que la vida les brinda. que se sienten realmente cómodos haciendo cualquier cosa y que no pierden el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran diferentes. Viven con gran entusiasmo, lo mismo disfrutan de salir de excursión, que ir al cine, leer, practicar algún deporte, ir a un concierto, conocer nuevas ciudad, realmente casi todo. En resumen, les gusta la vida. Si estás cerca de personas asi, notaras que no se lamentan, si llueve les gusta o si hace calor lo disfrutan en lugar de quejarse. Si quedan atrapados en el tráfico, están en una fiesta o solos, actúan de la mejor manera posible. No hablo de que disfruten todo lo que sucede, si no de que aceptan sabiamente lo que es, y no se oponen a la realidad. No hacen cosas “sensatas”, como disfrutar de la lluvia sin preocuparse por buscar un techo para cubrirse, la experiencia les parece hermosa, estimulante y algo que vale la pena experimentar. Ciertamente las enfermedades, sequías, mosquitos, inundaciones u otras calamidades no les producen placer y no las aceptan con entusiasmo, pero no gastan tiempo quejándose deseando que no sucedan, son conscientes de que ya están sucediendo. Si es posible hacer algo para cambiarlo harán lo necesario y disfrutarán hacerlo. Es complicado encontrar algo que no les guste hacer, realmente aman la vida.

Están libres de sentimientos de culpa por hechos del pasado y de ansiedad por lo que pueda suceder. Reconocen que han cometido errores, aprenden de ellos y toman decisiones para no repetirlos, no malgastan tiempo estando molestos o arrepintiéndose por algo que hicieron y desearían no haber hecho. No alimentan la culpa en los demás haciendo comentarios como: "¿Por qué no lo hiciste de otra manera? o ¿No te da vergüenza?" Para ellos la vida ya vivida es eso, y sentirse mal al respecto no hará que cambie. No manipulan a los demás diciéndoles que son malos. No se enojan contigo, estarán abiertos a escuchar tu punto de vista, pero no buscan tu aprobación tratando de hacer o decir algo que no quieren. Las estrategias que funcionan con otras personas con con ellos no funcionan. No se atormentan con preocupaciones, se mantienen en calma en situaciones que a otras los enloquecen. No viven planificando el futuro, no se preocupan por lo que pasará en el futuro por lo que se mantienen libres de la ansiedad que acompaña a las preocupaciones. No se trata de que literalmente están todo el tiempo calmados, pero no se permiten vivir el presente sufriendo por cosas que podrían suceder en el futuro y que no están bajo su control. disfrutan el presente en toda ocasión. No se sienten amenazados por lo desconocido y buscan nuevas experiencias. No hacen proyectos para el futuro y luego simplemente no actúan en el presente haciendo lo que corresponde para alcanzar ese futuro. No postergan las cosas, y aunque nuestra cultura no apruebe su comportamiento, no se sienten amenazados por ello.

Aprecian y disfrutan del presente, cuando el futuro llega y se convierta en el presente lo aprecian y disfrutan de la misma manera. Saben que es absurdo esperar para disfrutar. Muchas personas viven esperando retribuciones sin ser capaces jamás de reconocerlas cuando se les presentan. Son independientes, sienten gran amor por su familia. están ligados a ella, pero no tienen problemas para salir del nido, es más importante su independencia que establecer relaciones interpersonales dependientes. No dependen de lo que hacen los demás, sus relaciones se basan en el respeto mutuo y el derecho que todos tienen de poder tomar sus propias decisiones. Su amor no lleva implícita la imposición de los valores de sus seres queridos. Les gusta la soledad, tienen mucho respeto por la intimidad y luchan por protegerla, lo que puede hacer que algunas personas se sientan rechazadas.. Si alguien se relaciona con ellos con base en la necesidad, lo encuentran perjudicial tanto para la otra persona como para ellos mismos. Procuran la independencia de las personas que aman, y las apoyan con amor a que tomen propias decisiones y vivan su vida. No buscan la aprobación, funcionan sin el aplauso de los demás, no les importa si a los demás les gusta lo que dicen o hacen. No les preocupa ni les interesa la evaluación que otros hacen de su comportamiento. No son insensibles a los aplausos o la aprobación, pero no la necesitan. Dicen lo que piensan, y lo que pienses de ellos, no los destruye ni los inmoviliza.

Te escuchan pero filtraran lo que les digas con sus propios valores y deciden que sirve para su crecimiento. No necesitan ser amados por todo el mundo. Saben que siempre habrá quien desapruebe lo que hacen. Puedes notar en ellos una falta de enculturación. No son rebeldes, pero toman sus propias decisiones aunque entren en conflicto con los demás. Pasan por alto normas sin importancia e ignoran convencionalismos inútiles tan importantes en la vida de muchos. Son dueños de sí mismos y aunque consideran que la vida social parte importante de su vidas, se niegan a dejar que ésta los gobierne o a convertirse en esclavos de la misma. Saben reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las situaciones y se pueden reír de los acontecimientos más absurdos lo mismo que de los más serios y solemnes. Jamás usan el ridículo para hacer reír, no se ríen de la gente, se ríen con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como un gran divertimento, aunque toman muy en serio su proyectos. Son hacedores, gente activa, a los que a menudo se les reprocha ser frívolos en el momento inoportuno. No están a tono con los acontecimientos exteriores porque saben muy bien que no existe realmente el momento justo para hacer cualquier cosa. Se aceptan a sí mismos, si son altos o bajos está perfecto. La calvicie o una frondosa cabellera también está muy bien. Son naturales, sin pretensiones, sin lamentaciones, no se disculpan por lo que son.

Tienen una percepción muy especial en lo que respecta a la conducta de los demás y lo que a otros les puede parecer complejo e indescifrable, para ellos es claro y comprensible. Los problemas que inmovilizan a tanta gente, para ellos son experiencias de aprendizaje. Un problema es realmente sólo un obstáculo que hay que vencer y no un reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas. Su autovaloración está ubicada dentro de sí mismos, por lo que cualquier problema externo puede ser visto objetivamente, y en ningún caso como una amenaza o un desafío a su propia valía. Éste es uno de los rasgos de su personalidad más difíciles de comprender, ya que la mayoría se siente amenazada por los acontecimientos externos, por las ideas o por la demás gente. Esta característica hace que parezcan amenazadores para los demás. No entran en peleas inútiles, no son mártires, son hacedores, ayudan a los demás. Son guerreros en la vanguardia del cambio social, pero no llevan sus luchas consigo a la cama por las noches. Son incapaces de estereotipar, a menudo no se dan cuenta de las diferencias físicas incluyendo las raciales, étnicas, morfológicas o sexuales. No son superficiales ni juzgan a los demás por su aspecto exterior. Pueden parecer egoístas, pero en realidad pasan gran parte de su tiempo dedicados a servir a los demás simplemente por gusto. No son enfermizos y no creen en la inmovilidad que producen los resfriados y los dolores de cabeza. Tratan bien a sus cuerpos, comen bien, hacen ejercicio como sistema de vida. Les gusta vivir bien, y así lo hacen.

Otra característica es la honestidad. Sus respuestas no son evasivas ni pretenden mentir respecto a ninguna cosa. Consideran la mentira como una distorsión de su propia realidad y rehúsan participar en cualquier tipo de comportamiento que sirva para engañarse a sí mismos. Son personas discretas y evitan distorsionar la verdad para proteger a la gente. Saben que están a cargo de su propio mundo. La orientación de su personalidad es interna y rehúsan responsabilizar a los demás por lo que ellos son. No hablan de la gente, hablan con ella. No se meten en habladurías ni propagan informaciones tendenciosas y malvadas. Los hacedores hacen, los críticos culpan y se quejan. No se preocupan mucho por el orden, la organización o los sistemas en sus vidas. La organización es simplemente una manera útil de actuar y no un fin en sí misma. Practican autodisciplina pero no tienen necesidad de que las cosas y las personas encajen en sus propias percepciones de cómo deben de ser las cosas. Por esta falta de neurosis organizativa es por lo que son creativos. Emprenden cualquier cosa a su manera, ya sea cocinar un plato de sopa, escribir un informe o cortar el césped. Aplican la imaginación y el resultado es una manera creativa de hacer las cosas. No sienten la obligación de hacer las cosas de cierta manera. No consultan manuales ni hablan con expertos: simplemente atacan el problema de la manera que les parece más apropiada. Esto se llama creatividad; y sin excepciones, ellos la tienen. No están llenos de "debes" respecto a la conducta de los demás. No creen que el mundo debe ser de alguna manera especial.

Es gente con niveles de energía especialmente altos, necesitan menos horas de sueño. Esta energía no es sobrenatural, es el resultado de su amor por la vida. No se aburren, todos los acontecimientos de la vida ofrecen oportunidades de hacer, pensar, sentir y vivir. Son curiosos, nunca saben lo suficiente. Buscan siempre más y quieren aprender de cada momento. No les preocupa hacerlo bien o mal. Si algo no resulta o no logra beneficios, lo descartan en lugar de lamentarlo. Nunca creen ser un producto terminado, no se sienten superiores ni actúan como si lo fueran, no alardean sus méritos para que los aplaudan y aprenden de todos. No tienen miedo al fracaso. No equiparan el éxito en una empresa con el éxito como ser humano. Participan en actividades simplemente porque es divertido. No Nunca escogen la ira que inmoviliza. Gestionan las emociones autodestructivas. No tratan de impresionar a los demás, no visten para agradar a los demás y lograr su aprobación. Actúan con sencillez y naturalidad. No son tercos, expresan sus puntos de vista y escuchan los de los demás. Simplemente dicen: "Está bien: somos diferentes, eso es todo. No tenemos que estar de acuerdo". Y dejan las cosas así sin necesidad de ganar una discusión o persuadir a la otra persona de lo equivocado de su posición. No tienen miedo a causar una mala impresión pero tampoco hacen lo posible por causarla. No son patrióticos respecto a una frontera especial. Se ven a sí mismos como parte de la humanidad. Trascienden las fronteras tradicionales, lo que a menudo es motivo para que otros los clasifiquen como rebeldes o traidores. No tienen héroes ni ídolos. Miran a toda la gente como seres humanos y no colocan a nadie sobre sí mismos en importancia. No exigen justicia en cada ocasión. Cuando otra persona tiene más privilegios que ellos, los ven como un beneficio para esa persona más que como un motivo para sentirse infelices. Cuando juegan con un contrincante, quieren que le vaya bien en vez de desear que juegue mal para ganar. Quieren ganar por méritos propios en lugar de por las fallas de los demás. No insisten en que todos sean igualmente dotados. No son críticos y tampoco sienten placer por las desgracias ajenas. No tienen espacio para sentir autocompasión, ni autorrechazo, ni para odiarse a sí mismos. No es que no tengan problemas, pero no están inmovilizados emocionalmente a causa de sus problemas. Si caen, se levantan, se sacuden el polvo y siguen atareados con los quehaceres de la vida. La gente que vive libre de comportamientos erróneos no corren tras la felicidad, simplemente viven.

Nada hace que la felicidad sea más inalcanzable que tratar de encontrarla. El historiador Will Durant describe en un artículo del Reader's Digest cómo buscó la felicidad en el conocimiento y sólo encontró desilusiones. Luego buscó la felicidad en los viajes y sólo encontró el cansancio; luego en el dinero y encontró discordia y preocupación. Buscó la felicidad en sus escritos y sólo encontró fatiga. Una vez vio una mujer que esperaba en un coche muy pequeño con un niño en sus brazos. Un hombre bajó de un tren y se acercó y besó suavemente a la mujer y luego al bebé, muy suavemente para no despertarlo. La familia se alejó luego en el coche y dejó a Durant con el impacto que le hizo realizar la verdadera naturaleza de la felicidad. Se tranquilizó y constató que "todas las funciones normales de la vida encierran algún deleite". Si usas tus momentos presentes para aumentar al máximo la plenitud de tu realización, serás una de esas personas y no un simple observador. Es una idea maravillosa: estar libre de comportamientos erróneos. Puedes hacer esa elección ahora mismo, si escoges hacerla.