No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy

Aarón Pérez
15 ene 2021
7 Min. de lectura

No hace falta el más mínimo esfuerzo para postergar las cosas. Muchas personas prefieren no vivir con la ansiedad que produce el postergamiento de las cosas. Tal vez estás postergando muchas cosas que quieres hacer, y por algún motivo, sigues sin entrar en acción. Esta es una de las facetas más preocupante de la vida. Si es tu caso, probablemente no pasa un día sin que digas: "Sé que tendría que hacer esto o aquello y no lo hago, ya llegará el momento". La postergación es de las actitudes que es más difícil de atribuir a fuerzas externas. Es toda tuya, tanto la postergación como la incomodidad que ésta te produce. Postergar no es malo en sí mismo. Podría decirse que postergar en realidad ni siquiera existe. Haces cosas, o no las haces, pero nunca están postergadas. Poca gente que acepta con honestidad que no posterga cosas a pesar de que a la larga le resulten contraproducentes. La reacción emocional y la inmovilización que acompaña el comportamiento de postergación es realmente neurótica. Si estás postergando las cosas, te gusta y no sientes culpa, ansiedad o molestias, entonces sigue postergando lo que tienes que hacer y pasa por alto este post.

Deseo, espero, quizás

Tres frases neuróticas típicas de las personas que postergan y vacilan, son las que componen el sistema de apoyo que sirve para mantener el comportamiento dilatorio. Este tipo de personas usan frases como: "Quizá las cosas se solucionarán solas", "Espero que las cosas vayan mejor", "Deseo que se arreglen las cosas." Cuando dices "quizás", "espero", o "deseo", las usas como razonamientos para no hacer nada en el presente. Pero los deseos y esperanzas no son más que una pérdida de tiempo, ilusiones vanas de los que viven en un mundo ficticio. Por más que una persona las repita, nadie ha logrado nada con ninguna de estas palabras. Solo sirven para dejar de lado ciertos asuntos que no están en tu lista de prioridades. Puedes hacer lo que te propongas, pero postergar para el futuro te sumerge en el autoengaño, por qué te impide ser fuerte en el momento actual, y te impulsa en dirección de la esperanza de que las cosas mejorarán en el futuro. Para algunos “esperar a que mejoren las cosas” es una actitud que se vuelve una forma de vida, que te mantiene inmovilizado en el presente, una forma de postergar algo que se hará en un día que nunca ha de llegar.

¿Cómo funciona la postergación?

“La postergación es el arte de estar al día con el ayer" - Donald Marquis

La postergación es una forma de "evitar el presente". Hay muchas cosas que quieres hacer, no porque otros te lo hayan ordenado, sino porque los has decidido. Sin embargo muchas de ellas se quedan sin hacer, a pesar de lo mucho que digas que las harás. Dejar para el futuro, lo que podrías hacer hoy, es un sustituto muy aceptable del hecho de hacerlo realmente, y te permite engañarte a ti mismo no enfrentándote con el hecho de que en realidad no estás haciendo lo que te propusiste hacer. Es un sistema muy útil que funciona más o menos así: "Yo sé que debo hacerlo, pero en realidad tengo miedo de hacerlo mal, o de que no me guste. Entonces lo dejo para el futuro, y de esa forma no tengo que reconocer que no lo haré. Es más fácil aceptarme de esta manera". Es un tipo de razonamiento conveniente pero falaz y engañoso que puedes utilizar cuando te enfrentas con que tienes que hacer algo que es desagradable o difícil. Si eres de las personas que vive de una forma, pero siempre dice que vivirá de otra en el futuro, tus declaraciones no tienen contenido. Eres de las personas que nunca entran en acción y nunca terminan sus proyectos.Incluso hay personas que demoran las cosas hasta un punto, y luego las hacen justo antes de la última fecha posible. Esta es también una forma muy común de autoengaño. Si le dedicas a las cosas un tiempo mínimo, es fácil justificar los resultados mediocres o inferiores, diciéndote: "Simplemente no tuve tiempo suficiente". La gente ocupada siempre logra hacer las cosas, pero si te pasas el tiempo quejándote de lo mucho que tienes que hacer (postergando), no tendrás tiempo en el presente para hacerlo.

Yo he sido un especialista en el arte de la postergación. Siempre atareado con muchas cosas por hacer y hablando de lo mucho que tenía que hacer. Pero en realidad hacía muy poco. Tenía miles de proyectos en mente y nunca me puse a trabajar en ninguno de ellos. Me engañaba a mí mismo prometiéndome comenzar pronto. Jurar hacerlo me permitía evitar el presente. No somos lo que decimos, lo que hacemos en el presente es el único indicador de lo que somos como persona.

“No digas cosas. Lo que eres, relumbra sobre ti mientras lo haces, y atrona con tal fuerza que no puedo oír lo que alegas en su contra” - Emerson

La próxima vez que digas que harás algo, consciente de que no lo harás, recuerda esas palabras. Son el antídoto de la postergación.

Críticos vs hacedores

La postergación como forma de vida es una de las técnicas que puedes usar para evitar el hacer las cosas. Un no hacedor es a menudo un crítico, esto es, alguien que se echa para atrás y mira cómo los demás hacen cosas, y luego argumenta conceptos filosóficos sobre cómo están haciendo las cosas los hacedores. Es muy fácil ser crítico, pero ser un hacedor requiere esfuerzo, riesgos y cambios.

El crítico

“Nuestra cultura está llena de críticos. Hasta pagamos para oírlos” - Wayne Dyer

Observa tu entorno y toma nota del tiempo que se le dedica a la crítica en las relaciones sociales. Es más fácil hablar de cómo actúan las demás personas, en lugar de ser la persona que actúa. Hacedores en el más alto nivel. No tienen tiempo para criticar a los demás, están demasiado ocupados haciendo cosas. Trabajan y ayudan a los demás en lugar de criticarlos. Ciertamente la “crítica constructiva” puede ser útil. Pero si eliges el rol del observador en lugar del hacedor, no estás creciendo. Incluso puede ser que estés usando tus críticas para absolverte a ti mismo de la responsabilidad por tu ineficiencia proyectándola en los que realmente están haciendo un esfuerzo. Por otra parte, puedes aprender a ignorar a los criticones, los que siempre encuentran faltas en los demás y a los críticos autoproclamados. Lo primero consiste en reconocer estos comportamientos en ti mismo y en hacer la firme resolución de eliminarlos por completo para que puedas ser un hacedor en vez de un crítico postergador y dilatorio.

El aburrimiento

La vida no es nunca aburrida pero es posible aburrirse. El concepto del aburrimiento implica la incapacidad para usar el instante presente para hacer actividades que te ayuden a realizarte. Es una opción, una elección; algo que te impones, un elemento autodestructivo que puedes eliminar de tu vida. Cuando postergas y vacilas malgastas el presente en no hacer nada y eso conduce al aburrimiento. Existe una tendencia a echarle la culpa al entorno por el aburrimiento. "Esta ciudad es tan aburrida" o "¡Qué persona tan aburrido!". El exterior no es aburrido y puedes cambiar tu estado de ánimo entrando en acción. Haciendo lo que quieres ahora, o usando tu mente de forma creativa, aseguras un futuro en el que nunca más estarás aburrido. Como siempre, la decisión es tuya.

"El hombre que se deja aburrir es aún más despreciable que el aburrido" - Samuel Butler

19 Comportamientos típicos de la postergación

Seguir en un empleo en el que te sientes atrapado y sin posibilidad de desarrollarte y crecer.
Aferrarte a una relación (noviazgo, matrimonio, etc) que ya no funciona esperando que las cosas mejoren.
Negarte a hacer algo positivo para solucionar dificultades de relación en lo sexual, por timidez o fobias. Esperar a que mejoren por sí solas en lugar de hacer algo constructivo al respecto.
No hacer algo para solucionar adicciones con el alcohol, drogas, cigarrillo, etc. "Lo dejaré cuando esté listo para ello", sabiendo que lo estás postergando porque dudas que lo puedas hacer.
Postergar trabajos sin importar que sean pesados o livianos como la limpieza de la casa, reparaciones, cortar el césped, pintar algo o cualquier otra cosa: siempre que sea importante para ti que se hagan o no. Si esperas lo suficiente, quizá se harán solos.
Evitar confrontarte con alguna persona, puede ser una figura de autoridad, un amigo, un amante, un vendedor, etc. Si esperas, al final no tendrás que hacerlo, aunque el confrontamiento podría haber mejorado la relación o el servicio.
Tener miedo de cambiar de residencia
Postergar pasar tiempo con tus hijos, lo que te daría mucho gusto porque tienes mucho trabajo o estás ocupado en asuntos muy serios. Igualmente no salir a cenar, al teatro o algún evento deportivo con tus seres queridos argumentando "Estoy muy ocupado" para postergarlo eternamente.
Decidir empezar tu dieta mañana o la próxima semana: "Ya lo haré mañana", y ese mañana nunca llega.
Usar el cansancio o sueño como excusa para postergar algo. La fatiga, incluso leve, es un estupendo recurso postergador.
Enfermarte cuando te enfrentas con un trabajo que no te gusta o te molesta. Al igual que el cansancio, la enfermedad o el malestar es una estupenda técnica postergatoria.
La estrategia de "Ahora no tengo tiempo para hacerlo" con la que te justificas para no hacer algo porque estás muy ocupado, aunque seguro que encuentras tiempo para hacer las cosas que realmente quieres hacer.
Vivir ilusionado por las próximas vacaciones, un viaje soñado.
Optar por ser crítico y usar tus críticas para camuflar tu propia negación a hacer cosas.
Negarte a ir al médico cuando sospechas que algo no va bien. Al postergarlo no tienes que enfrentarte con la realidad de una posible enfermedad.
No acercarte a alguien que quieres. Es lo que deseas pero prefieres postergarlo y esperar que las cosas se resuelvan solas.
Aburrirte en cualquier momento de tu vida. Es ésta una manera de postergar algo y de usar el evento aburrido como razón para no hacer algo más divertido y estimulante.
Tener un propósito y nunca hacerlo, como hacer ejercicio en forma regular
Vivir completamente dedicados a los hijos postergando la felicidad propia.