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La trampa de la justicia



De alguna forma, todos quisieran que el mundo estuviera organizado de tal forma que todo fuera totalmente justo, aunque es probable que ninguna criatura viviente podría sobrevivir ni un solo día, ya que habría que cuidar los intereses personas de todos los seres humanos. Cuando no conseguimos justicia, llegamos a sentirnos enfadados, ansiosos o frustrados. Esto puede sonar demasiado duro, pero la justicia no existe, nunca ha existido ni existirá. Es decir, las aves comen gusanos y esto no es justo para los gusanos. De igual forma las arañas matan moscas, los leones gacelas, etc. Solo basta observar la naturaleza para darnos cuenta. Los tornados, huracanes, inundaciones, los maremotos, las sequías y todas esas cosas son injustas. Lo que intento decirte es que hasta cierto punto, esto de la justicia es un concepto mitológico. Tanto el mundo como las personas que lo habitan son injustos. Y más allá de la falta de justicia que veas a tu alrededor, tu tienes el poder de elegir ser feliz o desdichado. Esto puedes juzgarlo como una forma muy amargada de ver el mundo, o también como realista. Más allá de eso, el concepto de la justicia es un concepto bastante complicado de aplicar, en especial a lo que se refiere a tus propias opciones de realización y felicidad personal. Por lo general tenemos una tendencia a exigir que la justicia y equidad sea parte inherente de las relaciones interpersonales, te son familiares algunas frases como: "No es justo." "Tú no tienes derecho a hacer eso si yo no puedo hacerlo" y "¿Te haría yo una cosa así a ti?".



Las anteriores son tan solo algunas de las frases que usamos cuando queremos justicia. Y no se trata de que sea bueno o malo querer que las cosas sean justas, si no que llegamos a castigarnos a nosotros mismos con emociones negativas al no poder ver la justicia que deseamos. Lo que nos lleva a comportamientos auto-frustrantes no es la exigencia de justicia, si no que esto puede llegar a inmovilizarnos. Existe una promesa de justicia en nuestra cultura, solo hay que escuchar los discursos de los políticos para darnos cuenta de esto. “igualdad y justicia para todos”. Sin embargo, observamos la historia y vemos una continua falta de justicia. Pobreza, guerras, pestes, crímenes, prostitución, drogas, asesinatos, discriminacion entre muchas otras cosas siguen ocurriendo generación tras generación tanto en la vida pública como en la privada. Y si la historia de la humanidad puede servirnos de guía, podemos decir que seguirán sucediendo. Pero el hecho de que la injusticia sea una constante en la vida, no quiere decir que no puedas hacer algo para reducirlas, pero con sabiduría, puedes decidir no quedarte inmovilizado emocionalmente por ello. Trabajar para ayudar a reducir la injusticia sin dejarte vencer psicológicamente por ella. El sistema legal promete y la gente exige justicia, una gran cantidad de personas trabajan para que haya justicia, pero no necesariamente sucede. Los que tienen dinero no son condenados. Jueces y policías se venden a los poderosos. Los pobres llenan las cárceles y no tienen casi la menor posibilidad de golpear al sistema. Nada de eso es justo, pero pasa. ¿Dónde está la justicia? ¡En ninguna parte! Tu decisión de luchar contra ella puede ser admirable, sin duda, pero tu elección de dejarte perturbar por ello es tan neurótica como la culpa, la búsqueda de aprobación o cualquiera de los otros comportamientos autoflagelantes que llegamos a tener.


"¡No es justo!"


La sed de justicia puede llegar a infiltrarse en tus relaciones personales y evitar que te comuniques eficientemente con las personas. "No es justo" es una de las quejas más comunes y destructivas. Para poder establecer que algo es injusto, es necesario que hagas una comparación con otras personas o con otro grupo de individuos. La mente funciona más o menos así: "Si ellos pueden hacerlo, yo también". "¡No es justo que tú tengas más que yo!" "Si no pude hacerlo, ¿por qué lo vas a hacer tú?" De esta manera determinas que es bueno para ti basándote en la conducta de otros. Así ellos terminan por estar a cargo de tus emociones. Si te sientes frustrado por no poder hacer algo que otros sí pueden, es porque has dejado que sean ellos los que te controlen. Cada vez que te comparas con otras personas, estás jugando el juego de "No es justo" y trasladándote desde tu postura de confianza en ti mismo al pensamiento externo dirigido por terceros.



El concepto de justicia es un concepto externo; una manera de evitar hacerte cargo de tu vida. En lugar de pensar que las cosas son injustas, puedes decidir lo que realmente quieres, y buscar la manera de lograrlo, independientemente de lo que el resto del mundo quiere o hace. Todas las personas son distintas en cuanto a su contexto y circunstancias, no importa cuánto te quejes y reclames porque los demás tienen más que tú, así no lograrás ningún cambio positivo. Necesitarás eliminar tus referencias externas. Otras personas mejoran sus posiciones por favoritismos mientras que tú eres más hábil y eficiente. Tu esposo/a y tus niños seguirán haciendo las cosas de una manera diferente a la tuya. Pero si te enfocas en ti mismo en lugar de compararte con los demás, te darás cuenta de que no vale la pena molestarte por la falta de equidad y justicia. El punto es, que toda la neurosis surge de dejar que el comportamiento de los demás sea más significativo o más importante que el tuyo. Si usas frases como "Si él puede hacerlo, yo también", vivirás tu vida según lo que piensan los demás y no a tu manera.


Los celos



Si los celos interfieren en tu vida y te producen inmovilidad emocional, debes proponerte como meta eliminar este tipo de pensamiento inútil y perjudicial. Los celos son una manera de condicionar a otra persona a que te quiera de acuerdo con tus especificaciones, y si no lo hacen piensas que "no es justo". Esto tiene como raíz una falta de confianza en ti mismo. Permites que el comportamiento de otra persona te produzca incomodidad emocional. La gente que realmente se quiere a sí misma no opta por los celos ni se deja perturbar cuando alguna otra persona no actúa con justicia. No es posible predecir la forma en que reaccionan las personas que amas hacia otras personas, puede ser afectuosa o amable, pero si consideras que su decisión tiene que ver algo contigo puedes experimentar la inmovilidad de los celos. Al final depende de ti; es tu elección. Que tu pareja llegue a enamorarse de otra persona no es "injusto", simplemente es. Si lo consideras injusto, es probable que termines obsesionado tratando de imaginarte por qué ha pasado, preguntandote constantemente: "¿En qué me equivoqué?", "¿Qué me pasa?", "¿No soy yo suficientemente buena para él(ella)?" Está equivocada forma de pensar solo conduce a la infelicidad. Al mismo tiempo, se llega a usar el comportamiento de la otra persona como justificativo para hacer algo que probablemente hacía mucho tiempo que quería hacer, y que no lo hacía porque no era justo. Quizás la otra persona haya querido hacer algo distinto; sintió amor por otra persona además de su mujer, o quizá quiso probar su virilidad o mantener a raya la vejez. Sea cual sea el motivo, éste nada tiene que ver con uno. Puedes verlo como algo que pasa entre dos personas y no como algo dirigido contra ti. Puedes herirte a ti mismo con celos autoflagelantes o reconocer que la persona nada tiene que ver con tu propia valía.



13 Comportamientos típicos de "demanda de justicia"


La "búsqueda de equidad" es evidente en casi todas las áreas de la vida. Por poco perceptivo que seas, te podrás dar cuenta de que surge constantemente en tu comportamiento y en el de los demás. He aquí algunos de los ejemplos más comunes de este tipo de comportamiento.


  1. Quejarse por el salario de otras personas que hacen el mismo trabajo que tú.

  2. Pensar que no es justo que deportistas profesionales, actores o cantantes ganen sueldos tan altos y molestarte por ello.

  3. Molestarte porque otros cometan infracciones impunemente mientras que a ti siempre te multan.

  4. Frases como: "¿Acaso yo te haría algo así?", pretendiendo que todo el mundo tiene que comportarse como tu.

  5. Corresponder siempre a los favores. “Si me invitas a cenar, te debo una cena o por lo menos una botella de vino”. Este tipo de comportamiento por lo general se justifica como amabilidad o buena educación, pero en realidad es simplemente una manera de mantener equilibrada la balanza de la justicia.

  6. Corresponder un beso o decir "Yo también te quiero", en lugar de solo aceptarlo y expresar tus propios pensamientos cuando decidas hacerlo. Implica que no es justo recibir un "Yo te quiero" o un beso sin devolverlo.

  7. Sentirte obligado a tener relaciones sexuales aunque no quieras hacerlo por creer que no es justo para la otra persona.

  8. Insistir siempre en que las cosas tienen que ser consecuentes.

  9. En las discusiones tomar partido insistiendo que los vencedores tienen razón y los perdedores están equivocados.

  10. Usar el argumento de la justicia para conseguir lo que quieres. "Tú saliste anoche; no es justo que yo me tenga que quedar en casa." Y molestarte por la falta de igualdad.

  11. Decir que algo no es justo ante los niños, los padres o los vecinos y en consecuencia, hacer cosas que preferirías no hacer resintiéndote por ello. En vez de echarle la culpa de todo lo que pasa a la falta de equidad, trata de observar seriamente tu propio comportamiento que te inhabilita a decidir por ti mismo qué es lo más apropiado para ti.

  12. Jugar a: "Si él/ella puede hacerlo, yo también" para justificar lo que haces por medio del comportamiento de otra persona. Ésta puede ser la racionalización neurótica que te sirve para hacer trampas, robar, flirtear, mentir, llegar siempre tarde, o para cualquier cosa que prefieres no admitir en tu propio sistema de valores. Éste es el tipo de comportamiento de "él me pegó, así que yo le pego a él" tan común en los niños que lo han visto en sus padres miles de veces. Es la causa de muchas guerras cuando esto es llevado a extremos ridículos.

  13. Gastar la misma cantidad de dinero en un regalo que el que gastó en ti la persona a quien regalas. Pagar cada favor con un favor del mismo valor. Mantener tu libro de cuentas equilibrado, en vez de hacer lo que te gustaría hacer. Después de todo: "Hay que ser justos".



"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"


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