No eres tu pasado, rompe con el
- Aarón Pérez
- 13 nov 2020
- 7 Min. de lectura

¿Quién eres? ¿Cómo te describes a ti mismo? Sin duda, para poder contestar estas preguntas, es necesario que hagas referencia a tu propia historia, a tu pasado, al que indudablemente ligado y del que te parece difícil escapar. Aquellas personas que viven refiriéndose a sí mismos con bases a sus experiencias pasadas, son como fantasmas. Todo lo que puedes ser, lo eres en este instante. Eres lo que eliges en el presente, no lo que antes elegiste ser. ¿Cómo te describes a ti mismo? ¿Te describes utilizando etiquetas o autodefiniciones que has ido acumulando durante toda tu vida? Es cierto que algunas de ellas pueden ser rimbombante como: “Yo soy una persona muy nerviosa”; “soy tímido”; “soy perezoso”; “no tengo oído musical”; “soy torpe”; “soy muy olvidadizo”, “soy muy cariñoso”; “soy amable” y todo un catálogo de cosas que crees que eres y por lo tanto las usas.
No es que sea malo el usar tales autodefiniciones, pero puede estar haciendo un uso de ellas de forma perjudicial. Etiquetarse a sí mismo puede llegar a ser un impedimento para el desarrollo de la personalidad. En especial porque el uso de etiquetas es algo que puede servirnos como excusa para seguir no cambiar. Sren Kirkegaard escribió: "Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas". Cuando el individuo tiene que estar a la altura de la etiqueta que lo clasifica, el ser deja de existir. Cuando te identificas a ti mismo con etiquetas clasificadoras te estás negando a ti mismo, en lugar de aprovechar tu propio potencial de crecimiento. Todas las autoclasificaciones proceden del pasado histórico del individuo. Y el pasado, tal como dijo Carl Sandbug en Prairie, "es un cubo lleno de cenizas". Todos los "Yo soy" autodestructivos provienen de estas cuatro frases neuróticas:
(1) "Así soy yo."
(2) "Yo siempre he sido así."
(3) "No puedo evitarlo."
(4) "Es mi carácter."
Todas te impiden crecer, cambiar y hacer esa vida nueva, estimulante y llena de momentos presentes plenos y felices que tanto sueñas.
Por ejemplo, conocí el caso de una abuela que cada domingo recibía familia en su casa para comer. Ella era la que siempre decidía cuánto comería cada persona, ella servía las porciones para cada persona de su familia. Un dia le preguntaron: "¿Por qué haces eso abuela?", contestó: "siempre he sido así", le preguntaron ¿Por qué? y respondió, porque "Así soy yo". Su comportamiento es precedido por sus etiquetas, y estas a su vez proceden de su pasado, por que es en el pasado en donde siempre se ha comportado así. Algunas personas incluso llegan a utilizar las cuatro etiquetas al mismo tiempo. Si le preguntas a una persona por que suele alterarse tanto cuando escucha hablar de accidentes, puede responder: "Así soy yo, siempre he sido así, realmente no puedo evitarlo, es mi carácter,". Todas y cada una sirven para explicar por qué nunca será diferente, y que no está considerando la posibilidad de cambiar. Todos tu "Yo soy", que describen un comportamiento autoneutralizador se remontan a algo que aprendiste en el pasado. Y cada vez que usas una de estas cuatro frases, lo que realmente estás diciendo es: "Pienso seguir siendo lo que he sido siempre". Es importante que trates de tomar consciencia hasta qué punto estás encadenado a tu pasado. Para eliminar este tipo de frases que se utilizan para seguir siendo el mismo que has sido, tan solo requieres de cambiar tus pensamientos.La gente quiere ponerte etiquetas, quiere encasillarse en cierto tipo de categorías que le resultan cómodas.

He aquí una típica lista de "yo soy" que podría incluirse en tu autorretrato.
Yo soy tímida
Yo soy perezoso
Yo soy apocado
Yo soy asustadizo
Yo soy desordenada
Yo soy nervioso
Yo soy olvidadizo
Yo soy pésima para la mecánica
Yo soy malo para las matemáticas
Yo soy un solitario
Yo soy frígida
Yo soy aburrido
Yo soy una pésima cocinera
Yo soy malo para la gramática
Yo soy de los que se cansan muy pronto
Yo soy enfermizo
Yo soy tosco
Yo soy proclive a los accidentes
Yo soy corto de genio
Yo soy hostil
Yo soy solemne
Yo soy apática
Yo soy gorda
Yo soy negado para la música
Yo soy fatal para el deporte
Yo soy torpe
Yo soy porfiada
Yo soy inmadura
Yo soy meticulosa
Yo soy descuidado
Yo soy vengativo
Yo soy irresponsable
Yo soy de los que se angustian fácilmente.
Es probable que en este instante estés tomando consciencia, con que tanta frecuencia has usado estas frases. No es importante qué etiquetas escoges, sino el hecho de que elijas identificarte con esas etiquetas. Y si realmente te sientes agusto con algunos "Yo soy", no es necesario que los cambies, se trata de un ejercicio de honestidad y reconocer cuando algun(os) "Yo soy" realmente lo que están haciendo es entorpecer. De ser así, significa que el momento de hacer cambios ha llegado. Empecemos por comprender el origen de los "Yo soy".
El orígen de esos "yo soy"
Podemos identificar el origen de esos "Yo soy" con base en dos categorías. El primer tipo de etiquetas o clasificaciones procede de la demás gente. Te las colocaron cuando eras niño y las has llevado contigo desde entonces. La mayoría de los "Yo soy" son residuos de frases como: "Él es bastante torpe; “su hermano es bueno para el fútbol pero él es el estudioso de la familia", "eres igual a mí; yo también era pésima para las matemáticas", "Él es el tímido del grupo", "ella es igual a su padre” o “si acierta una nota es como el burro que toca la flauta por casualidad," Los anteriores son tan solo algunos ejemplos de algunas etiquetas que se adquieren durante la vida que, y que al identificarse con ellas no se discuten. Se aceptan como si fuera algo natural. Un buen ejercicio que puedes hacer es platicar con las personas que crees que hayan aportado muchos de los "Yo soy" de tu vida (tus padres, amigos de la familia, profesores, abuelos, etc.). Pregúntales por qué creen que te volviste como eres y si has sido siempre así. Comentarios estás decidido a cambiar y comprueba si creen que eres capaz. El objetivo de este ejercicio, es el que puedas observar y hasta sorprenderte del concepto que tienen de ti con base en sus interpretaciones, y que los llevan a pensar que no puedes ser de otra manera por que "siempre has sido así".
Las otras etiquetas las has elegido o asumido con un propósito muy simple, evitar todo aquello que no quieres hacer, por miedo, inseguridad o porque te resulta incómodo o difícil. Por ejemplo una persona que busca liberarse de realizar ciertas cosas que no le divierten, como cualquiera de esas incómodas tareas caseras, diciéndole a su esposa algo como: "Pero querida, si ya sabes, que a mí no se me dan bien estas cosas". Este tipo de "Yo soy" entra dentro de los comportamientos acomodables, pero no por eso dejan de ser excusas engañosas. En vez de decir: "Encuentro que este tipo de actividad es aburrida y escojo no invertir mi tiempo trabajando en eso (lo que es perfectamente lógico y saludable), resulta mucho más fácil sacar un "Yo soy," del bolsillo. Todas las personas nos decimos algo respecto a nosotros mismos. Con este tipo de argumentos estás declarando que "Yo soy un producto acabado en este sector y nunca voy a ser distinto". Si eres un producto acabado, atado y encasillado, quiere decir que has dejado de crecer, y si por un lado quieres aferrarte a algunos "Yo soy", puede que descubras que muchos otros te limitan y que son autodestructivos.
El círculo vicioso del "yo soy"
Nos aferramos a nuestra imagen del pasado por medio de los “yo soy”, por que nos brinda una retribución que sacamos a relucir en los momentos que más nos convienen. Nuestras etiquetas nos permiten en concreto evadir cierto tipo de actividades o incluso aquello que consideramos como un defecto de nuestra personalidad. Entre más tiempo uses tus etiquetas, la consecuencia es que comenzaras a creerlas, y cuando esto sucede estás determinando que eres un producto terminado destinado a seguir siendo lo que eres para el resto de tus días. Las etiquetas te permiten evitar el riesgo y el difícil trabajo pesado de tratar de cambiar y también perpetuar el comportamiento que las provocó. Si una persona va a una fiesta convencido de que es tímido, se portará como tal y su comportamiento reforzará aún más su imagen de sí mismo como un ser tímido. Se convierte en un círculo vicioso. Puede haber muchos motivos que expliquen la timidez de la persona; y sin duda algunos de ellos estarán relacionados con su niñez. Sea cual sea el motivo de su miedo, él ha decidido no hacer nada por solucionar su problema de contacto social justificándose con un simple "Yo soy". Su miedo al fracaso es tan grande que no se permite tan siquiera intentarlo. Si la persona comprende que no es su imagen del pasado, bastaría con que cambie su pensamiento de "Yo soy tímido" por "hasta ahora me he comportado con timidez". El círculo vicioso de la timidez puede ser aplicado a casi todos los argumentos que sirven para subestimarse a sí mismo. Recurrir a ellos es una forma de exonerarse y explicar a los demás por qué persiste en una conducta autofrustrante. La primer recompensa que obtienes al aferrarte al pasado y refugiarte en tus "Yo soy," es rechazar cualquier posibilidad de cambio. Por supuesto, es más fácil describirte a ti mismo que cambiar.

Puede ser que culpes de tus etiquetas a tus padres o a los adultos importantes que te influenciaron en la niñez: a los maestros, vecinos, abuelos y gente por el estilo. Al hacerlos responsables de tus actuales "Yo soy" les has otorgado un grado de control sobre tu vida de hoy en día, les has elevado a una posición más alta que la tuya propia y te has creado una coartada ingeniosa para permanecer inmovilizado. Esta retribución te sirve perfectamente de garantía contra cualquier posibilidad de correr un riesgo. Porque si tu "cultura" es culpable de que tengas ese "Yo soy", pues entonces no puedes hacer nada al respecto.
Reflexiones finales:
No existe algo que se pueda llamar naturaleza humana. La frase está diseñada para encasillar a la gente e inventar excusas. Tú eres producto de la suma total de tus decisiones, y de cada uno de los "Yo soy" que tanto proteges. Estos podrían ser rebautizados o reetiquetados por "He escogido ser". Regresa a las preguntas iniciales, ¿Quién eres tú? y ¿Cómo te describes a ti mismo? Piensa en una serie de etiquetas que sean completamente nuevas y no estén relacionadas con las cosas que los demás han elegido para ti, o con las que has elegido para ti hasta ahora. Esas aburridas y viejas etiquetas pueden estar impidiendo que tengas una vida tan plena como quisieras.
"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"
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