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¿Existe el libre albedrío? - La neurociencia del libre albedrío

Actualizado: 21 may

Múltiples aspectos de nuestra sociedad se basan en la suposición de que cada individuo es responsable de sus actos y que tiene la capacidad de decidir, tomando en cuenta una serie de reglas y motivos racionales. Levantarnos cuando suena la alarma o dormir 5 minutos más; desayunar té o café; usar la corbata azul o la roja; desde que abrimos los ojos por la mañana hasta que volvemos a dormirnos, cada día de nuestras vidas, tomamos decisiones de manera consciente. Pero tal vez, más importante que eso, las tomamos libremente. Somos nosotros mismos quienes elegimos voluntariamente qué camino recorrer; o no recorrerlos en absoluto. Y si bien es cierto que en algunas oportunidades nos encontramos ante situaciones donde no hay elección, o una fuerza mayor nos impide decidir libremente, éstas son escasas. De tal manera, la noción de que somos seres con capacidad de libre albedrío queda pocas veces desafiada. Esto nos hace "creer" que controlamos nuestra vida, que forjamos nuestro destino con base en decisiones conscientes.

Sin embargo, algunos investigadores a lo largo del tiempo han logrado poner en duda este principio que suele darse por sentado, y hacen que nos preguntemos seriamente sobre la libertad humana. Existen hipótesis que consisten en pensar que el libre albedrío es una simple ilusión, inventada por el raciocinio humano para sentirse responsable de sus actos en un intento de justificar sus acciones inconscientes. Estas hipótesis provienen en su mayoría, del famoso experimento de Benjamin Libet, que consistía en registrar la actividad cerebral de personas, al pedirles que tomaran una decisión al azar: por ejemplo, subir el brazo o apretar un botón. Los individuos debían expresar el momento exacto en el que habían tomado la decisión de realizar el acto físico. Libet descubrió que justo antes de que el sujeto fuera consciente de la decisión que tomó, ya se había formado una señal eléctrica en el cerebro para ejecutar la acción, lo que para muchos científicos significa que este órgano decide antes de que el individuo se dé cuenta de ello, lo que implicaría que todas nuestras elecciones son de la misma naturaleza. En la década de los 80´s, Benjamin Libet demostró en una serie de experimentos que, aproximadamente 550ms (milisegundos) previos a la acción de mover un dedo, en lo que sería una aparente decisión voluntaria, se puede detectar cierta actividad eléctrica en el área motora del cerebro. A esta actividad, localizada a través de electroencefalogramas, se la llamó “Potencial de Disposición” (readiness potential). Asimismo, los sujetos reportaron, en promedio, el impulso consciente de realizar el movimiento unos 200ms antes de la realización del mismo. Dicho de otra manera, estos diseños experimentales parecen indicar que el cerebro toma una decisión acerca de la acción antes de que exista siquiera alguna intención consciente de hacerlo, sugiriendo de esta manera que la decisión consciente es un fenómeno ulterior y no solo una fuerza causal determinante durante una simple tarea motora. Aparentemente nuestro cerebro, mediante procesos que escapan de nuestro pensamiento, habría elegido por nosotros. El cerebro toma una decisión acerca de la acción antes de que exista alguna intención consciente de hacerlo. Otros investigadores llevaron estos descubrimientos aún más lejos. John-Dylan Haynes y sus colaboradores (Max Planck Institute), utilizaron el método de imagen por resonancia magnética funcional para obtener mayor información. En esta situación, los sujetos tenían una tarea diferente: con un botón en cada mano, podían presionar cualquiera de ellos, en el momento que ellos quisieran. Los investigadores concluyeron que era posible detectar pautas que permiten hacer una predicción altamente consistente acerca de cuál botón decidira presionar el individuo hasta 7 segundos antes de que éste reconociera la decisión como consciente y voluntaria. Tus decisiones se pueden conocer hasta 11 segundos antes de que tú mismo seas consciente de ellas. Así lo muestra un estudio publicado en Scientific Reports por investigadores del Future Minds Lab de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia). Según su interpretación del resultado, la actividad inconsciente de tu cerebro toma la decisión antes que tú seas consciente de ello. ¿Realmente has elegido tú la imagen? Para los deterministas el resultado obvio de esto es que la libertad de la voluntad no existe, tu cerebro funciona como una compleja máquina biológica que toma sus propias decisiones basandose posiblemente en algoritmos y formulas pre-establecidas, y que el hecho de que uno crea que están tomando su propia decisión es solo una ilusión, ya que para cuando uno cree que está tomando tal decisión, el cerebro hacía rato que había tomado la suya; decisión que eventualmente crees que haz elegido por tu cuenta. A los que estén totalmente incrédulos ante estos resultados, los invito a pensar en lo siguiente: Es casi seguro que el 100% de los humanos a los que les preguntemos si los colores existen (es decir, rojo, azul, verde, etc) digan que sí y que es obvio, sin embargo, lo cierto es que está demostrado desde hace casi un siglo que los colores no existen, y que son solo producto de la manera en que nuestros cerebros procesan las ondas electromagnéticas que chocan contra los sensores visuales en nuestros ojos. En la toma de decisiones sencillas, como elegir entre dos patrones visuales que se procesan en la corteza visual primaria, parece claro que no hay elección libre. Sin embargo, no hay pruebas de que no, al tomar una decisión relevante para tu vida tras un razonamiento meditado. El problema es que estudiar mediante experimentos el libre albedrío en este tipo de decisiones complejas raya en lo imposible. Intentar explicar un fenómeno sólo desde un punto de vista, suele ser un error propio del fanatismo. Si las investigaciones neurológicas no encuentran un mecanismo cerebral que sea responsable por la libertad o el libre albedrío, eso no significa necesariamente que estos conceptos sean ilusiones. La evidencia presentada por los cientificos logra al menos hacer que nos cuestionemos sobre el verdadero significado de “libre albedrío”. Pero tal como suele ocurrir con los descubrimientos científicos novedosos, estas investigaciones no se encuentran reñidas a una sola interpretación ni libres de críticas.

¿Cuáles serían las implicaciones que estos descubrimientos podrían tener por ejemplo en la manera de entender los trastornos de control de los impulsos?, ¿o para los sujetos con adicciónes?, ¿podrían desafiarse las nociones de responsabilidad y castigos en casos criminales? Y tal vez más importante, ¿la noción de nuestra propia naturaleza?


Ahora es tu turno: ¿Existe el libre albedrío? cuéntamelo en comentarios.


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