La Navidad

Aarón Pérez
25 dic 2020
6 Min. de lectura

Actualizado: 29 dic 2020

“La mayoría no reflexionamos acerca de por qué se cree lo que cree; o por qué se hace lo que se hace, existe una gran tendencia a creer lo que otros creen.”

La Navidad tiene diferentes significados para las personas, para algunos puede ser tan solo una temporada de música, regalos, decoraciones y cantar villancicos. Para otros es una época de renacimiento, un tiempo de reflexión, perdonar, sanar, dar y de volver a empezar. También es una época de reencuentros, de alegría, de compartir y de estar con los seres queridos, cuyo significado se refuerza con la creencia para la religión católica del nacimiento de Jesús en Jerusalén y del amor de Dios para dar su hijo en salvamento de la humanidad. Vivimos en un mundo lleno de costumbres, pocos buscan entender su origen. Generalmente las aceptamos sin cuestionar. La mayoría de las personas básicamente hacen lo que todos los demás hacen.

Las raíces de la Navidad y su origen pagano

La Navidad no tiene raíces cristianas, “La primera referencia a la Navidad viene del segundo siglo después del nacimiento de Jesús. Se considera, de igual manera, que las primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno (el regreso del sol) y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. (The Buffalo News, 22 de noviembre de 1984)

La Saturnalia era un tiempo de alboroto, al cual se oponían los líderes en la aún minoritaria secta cristiana. La Navidad se desarrolló como un medio para reemplazar la adoración del sol con la adoración del Hijo de Dios. Para el año 529 d.C., después que el cristianismo se hubiera convertido en la religión oficial del estado en el Imperio Romano, el emperador Justiniano hizo de la Navidad una festividad cívica. La Enciclopedia Católica, edición de 1911, bajo el título “Navidad” dice: “La Navidad no estaba entre los primeros festivales de la Iglesia… la primera evidencia de esta fiesta es de Egipto”. Además, “las costumbres paganas que se centran alrededor de las calendas de enero, gravitan alrededor de la Navidad”.

La Enciclopedia Americana, edición de 1956, añade: “La Navidad…no era observada en los primeros siglos de la iglesia cristiana, ya que la usanza general era celebrar las muertes de las personas notables, en lugar de su nacimiento. En el siglo V, la iglesia occidental ordenó que la fiesta fuera celebrada en el día de los ritos del nacimiento del sol, y al cierre de la Saturnalia, ya que no existía conocimiento certero del día del nacimiento de Cristo”.Pasaron 300 años después de Cristo antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no fue sino hasta el siglo V que fue ordenada su observancia en todo el imperio, como un festival oficial en honor a “Cristo”.

¿Puede Cristo ser honrado con la Navidad?

La justificación más común que alguien puede escuchar respecto a la Navidad, es que es un festejo por medio del cual se está “honrando a Cristo” en su observancia de la Navidad.

Cristo dijo: Mateo 15 7 ¡Hipócritas! Bien Profetizó Isaías de vosotros diciendo: 8 este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí. 9 y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos de hombres.

¿Nació Cristo un 25 de diciembre?

Cristo nació durante el otoño del año. Muchos han creído equivocadamente que nació al inicio del invierno el 25 de diciembre. Lucas 2:8 explica que cuando Cristo nació: 8 había pastores en aquella Región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Note que ellos “estaban” en el campo. Esto nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares 2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche. La Enciclopedia Católica confirma esto de manera directa. ¡Con toda probabilidad, Cristo nació en otoño! Una larga explicación técnica probaría este punto. El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento de Cristo, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival pagano idólatra de Saturnalia

Reflexión Final

Vivimos en un mundo lleno de costumbres, y pocos buscan entender su origen. La navidad no está libre de debates, entre ellos, si la fecha de Nacimiento de Jesús es el 25 de Diciembre, o el hecho de que la celebración de la navidad como festividad de la iglesia cristiana, fuera ordenada por por la misma hasta el siglo V d.c. y fuese establecida en el dia de los ritos del nacimiento del sol y al cierre de la Saturnalia. Pero no se trata de entrar en un debate de si se debe celebrar la navidad o no, si está bien o mal celebrarla, cómo o cuándo debe celebrarse. Lo que quiero compartirte es la visión de un curso de milagros acerca de estas fechas, algo que en lo personal me sorprendió bastante cuando leí que el curso tocaba este tema. La enseñanza de un curso de milagros no va por la línea de coaccionar a pensar o actuar de determinada forma. La idea principal que el curso quiere transmitirnos es que no importa si celebras o no celebras la navidad, ya que no se contrapone con las creencias que tenemos, si no con qué se trata de la conciencia con que decides lo que haces.

Quizá una de las citas bíblicas más conocidas de la Biblia es la de Juan 3:16: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” Un curso de milagros habla de la relación que existe ente la navidad, que es la época en que se recuerda el nacimiento de Jesús, con el sacrificio porque se considera que Dios sacrificó a su hijo por nosotros, y eso nos ha hecho relacionar el amor con el sacrificio.

Uno de los grandes temores que tenemos, es reconocer que la idea del sacrificio es de nuestra invención, porque es producto de nuestra interpretación, y lo que tenemos que aprender es que el sacrificio nos aleja del amor, y conlleva culpabilidad tan inevitablemente como el amor brinda paz. La idea de que Dios haga sacrificios no tiene sentido, tendría que pensar que no es capaz de cambiar lo que pasa en el mundo, sentirse culpable por ello y ver como una solución sacrificar algo que ama. Para que exista sacrificio tiene que haber culpabilidad, de la misma manera que la paz es la condición que te permite ser consciente de tu relación con Dios. El resultado de todo esto es que en la búsqueda de amor, realmente vamos en busca de sacrificio y eso es precisamente lo que encontramos. Todo esto se ve reflejado en nuestras relaciones, sacrificarse por los demás, por obtener algo que se desea, en fin, son muchas las formas en que el sacrificio está presente en nuestras vidas.

El símbolo de la navidad es una estrella, precisamente porque se trata de una luz en la oscuridad, el error es creer que esa luz se encuentra en el exterior, cuando tendríamos que verla como una luz que brilla en nuestro cielo interno, en nuestra mente. Una luz que nos habla de un nacimiento, que simboliza la posibilidad de decidir un nuevo comienzo, en el que dejamos de asociar el sacrificio con el amor. El amor tiene que ser total para que se le pueda dar la bienvenida. El maestro Jesús nació para restablecer el amor, enseñando que la comunicación con Dios es continúa, y que no requiere del cuerpo para que se lleve a cabo, pero vemos el cuerpo como el medio indispensable para la comunicación. La comunicación es algo propio de la mente. El maestro nació para enseñar la lección de que el sacrificio no está en ningún lugar y que el amor está en todas partes, y esta es la gran lección que quiso enseñarnos a todos. Él llegó sin exigirle a nadie ningún tipo de sacrificio.

En esta temporada Navideña en la que se celebra su nacimiento en este mundo, nuestra tarea es unirnos a él para restaurar la conciencia de Dios. Dios crea extendiéndose a sí mismo en todas sus creaciones, lo que significa que no podemos estar separados de Dios porque él es parte de nosotros. Un curso de milagros dice que la segunda venida de Cristo, no es el regreso del maestro Jesus, sino el despertar de cada uno de nosotros para formar todos el Cristo. Por lo tanto, esta Navidad entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere. Permítete a ti mismo ser sanado completamente para que puedas unirte a Él en la curación, y celebremos juntos nuestra liberación liberando a todo el mundo junto con nosotros. Inclúyelo todo, la liberación es total. Todo dolor desaparecerá y sin dolor no puede haber sacrificio. Y ahí donde no hay sacrificio, allí está el amor. Ése es el mensaje de la hora de Cristo. Ésta es la época en la que muy pronto dará comienzo un nuevo año del calendario cristiano. Tengo absoluta confianza en que lograrás todo lo que te propongas hacer. Nada te ha de faltar.

La aseveración “Porque tanto amó Dios al mundo que le dio Su unigénito Hijo para que todo el que crea en Él no perezca, mas tenga vida eterna” necesita solamente una leve corrección para que tenga sentido en este contexto: “Se lo dio a Su unigénito Hijo”.