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Cómo trascender el ego

"Si lo que pienso de "mí" es que estoy separado e independiente, no puedo estar unido a la Voluntad de Dios. El Segundo Advenimiento de Cristo no significa otra cosa que el fin del dominio del ego y la curación de la mente." - Un Curso de Milagros


Si te detienes a reflexionar por un momento, desde el momento en que fuiste concebido, y durante toda tu gestación te daras cuenta de que te has desarrollado sin tener que hacer nada, no has tenido que preocuparte o pensar como seria tu nariz, el color de tus ojos, tu altura, tu complexión, etc. De cierta manera simplemente te has rendido a la experiencia y has permitido que todo ocurriera. Hemos sidos creados por una fuente infinita y divina a la que todos vamos a retornar, la vida es en realidad un viaje de retorno a nuestra fuente, todos volvemos a la no forma, que es invisible y es una inspiración de la que todos fuimos creados.

Una vez que nacemos, durante nuestro desarrollo, vamos recibiendo ideas que van formando nuestro ego, La primera es la idea de que “eres lo que tienes”. Crecemos rodeados por muchas personas (padres, familias, vecinos) y comienzan a decirnos que no podemos confiar en quienes somos, que tenemos que confiar en algo exterior a nuestra persona y hacemos un viaje hacia la ambición. Esta creencia es la base por la que en nuesta vida adulta, pensamos y creemos que somos lo que tenemos y ponemos toda nuestra energía en acumular cosas materiales, se nos dice que entre más acumulamos, entre más cosas tenemos, nuestro valor es mayor. La persona que mas tiene es la que mas vale. Desde ahí se está expulsando al creador y ahí aparece el ego. El Ego es esa parte de nuestra mente, que nos dice que no somos una creación divina y perfecta, esa parte de Dios de la cual provenimos, de hecho nos dice, "Tu solo eres lo que tienes".




La segunda de las creencias que tenemos es la idea de que no solo eres lo que tienes, sino que también “eres lo que haces”, de esta forma se pone un gran enfasis en el sistema educativo, por esa idea nos llevan a la escuela, para aprender como hacer más y más. En este caótico mundo que cree que se "es lo que se hace" nos consumimos pensando en la idea del éxito y que el valor de una persona se basa en cuantas cosas puede llegar a conseguir, por lo tanto "tenemos que ganar más dinero", "tenemos que ascender". Nos vemos envueltos en una idea errónea que el mundo está diseñado para la competitividad, eso es lo que dice el ego. La tercera gran idea que nos enseñan es que “eres lo que los demás piensan de ti”, es decir, que eres tu reputación. Por lo tanto, se vuelve muy importante la reputación, y asi vamos creando una serie de estereotipos que dictaminan las formas correctas de vestir, de hablar, de comportarse, etc. De esta manera tenemos los tres principales componentes del ego: "eres lo que haces", "eres lo que tienes" y "eres tu reputación".


Es curioso como muchas personas se dejan hipnotizar por este tipo de creencias, enfocando su energia en alcanzar aspectos materiales, y en obtener posiciones de poder socialmente definidas. Una vez entrando en ese juego, se mira a las personas a través de juicios creados normalmente por el entorno social. En ocasiones, damos por sentado que tienen ciertas cualidades que en la realidad pueden no tener. Lo que ocurra después dependerá del tipo de juicios que tengas en relación con este tipo de personas. En cualquier caso, dejamos de relacionarnos directamente, pasamos a empobrecer la relación incorporando elementos de juicio que encasilla a los que estan frente a nosotros en nuestra vida. No dejamos que nos sorprendan o se expresen realmente. del mismo modo, tampoco somos libres de expresarnos auténticamente sin condicionamientos en la relación. No es lo que tengo, sino lo que hago y manifiesto en el mundo. Es el ser y su expresión lo que cambia las cosas. Por lo tanto, no te preocupes en absoluto por la reputación, no eres tu reputación, puedes ser lo que elijas ser. Si te preocupa lo que los demás piensan de ti y quieres contentar a todos, terminaras por no decir y no hacer lo que sale de tu corazón.

"Todo lo que quiero saber es como piensa Dios y pensar como Dios piensa" - Albert Einstein

El mayor problema del ego es quetiene un mantra, que dice: más, debo tener mas!! Nunca está satisfecho y nunca llegas a donde piensas que serás feliz, solo te esfuerzas, y pasas la vida en constante lucha por estar en un lugar diferente del que te encuentras, en el que algún vas a ser feliz, ¿o no? No tienes que ser nada, demostrar nada ni ser mejor que nadie solo tienes que ser una persona que piensa como Dios. Recuerda que el ego siempre te dira que todos somos simples seres humanos y que podemos tener una experiencia espiritual de vez en cuando. La verdad es que somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Recuérda eso constantemente, tu esencia está en ese mundo espiritual. Es el espíritu el que da vida. El auténtico objetivo de la vida es ser feliz, disfrutar de ella y llegar a un lugar sin querer siempre ir a otro.



Finalmente el Ego nos enseña el error más mayúsculo de todos, nos enseña que estamos separados de Dios. Cuando pasas a la fase del sentir de la vida, te das cuenta de que provienes de una fuente (Dios/Universo) no importa como la llamemos, pero esa fuente está en todas partes por lo tanto esta en mí y si está en mí también está en lo que siento que me falta en la vida. Al entender esto ya se está en sintonía con el espíritu y con todo lo que te gustaría tener en la vida, solo queda buscar la manera de formar parte de ello y ser consciente de que ya estás en sintonía.


7 Pasos para trascender el EGO


El ego intenta comverte de cómo te gustaría ser, en lugar de como eres en realidad. Aquí te dejo siete recomendaciones para ayudarte a trascender las arraigadas ideas sobre el ego.

1. No te sientas ofendido.

La conducta de los demás no es razón para ofenderte, es tu excusa. Es tu ego en plena acción, convenciéndote de que el mundo no debería ser como es. Como nos recuerda Un Curso de milagros, “la paz es de Dios; quienes formans parte de Dios no están a gusto salvo en su paz”. Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2. Libérate de la necesidad de ganar.

Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú, y siempre volverás a sentirte insignificante y despreciable. Tú no eres tus victorias. No existen perdedores en un mundo en el que todos compartimos la misma fuente de energía. Lo más que puedes decir es que en determinado día rendiste a cierto nivel en comparación con el nivel de otras personas ese mismo día. Pero hoy es otro día, y hay que tener en cuenta otros competidores y otras circunstancias. Olvídate de la necesidad de ganar, no aceptes la idea de que lo opuesto a ganar es perder.

3. Libérate de la necesidad de tener razón.

Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: He visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. He visto como acababan relaciones maravillosas por la necesidad de ciertas personas de llevar siempre la razón.

4. Libérate de la necesidad de ser superior.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Olvídate de la necesidad de sentirte superior al ver a Dios revelándose en todos. No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otros baremos impuestos por el ego. Un curs o de milagros habla de esa necesidad de ser especial y superior: El que se siente especial siempre establece comparaciones. Se produce por una carencia que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de vista las carencias que puede percibir.

5. Libérate de la necesidad de tener más.

El mantra del ego, es más. Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te verás luchando continuamente y eliminarás la posibilidad de alcanzar la meta, pero en realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir cómo utilizar el momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más, parece como si te llegara más de lo que deseas. Como estás desapegado de esa necesidad, te resulta más fácil transmitírselo a los demás, porque te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz. Al permitir que la abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con la Fuente y aseguras que esa energía siga fluyendo.


"Es al dar cuando recibimos" - San Francisco de Asis

6. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.

Puede resultar un concepto difícil si piensas que tú y tus logros sois lo mismo. Dios escribe toda la música, Dios canta todas las canciones, Dios construye todos los edificios. Dios es la fuente de todos tus logros. Y ya oigo las protestas de tu ego, pero sigue sintonizado con esta idea. Todo emana de la Fuente. Tú y tu Fuente sois uno y lo mismo. No eres ese cuerpo y sus logros. Eres el observador. Fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero atribúyele todo el mérito a la fuerza de la intención que te dio la existencia y de la que formas parte materializada. Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo es cuando abandonas la paz y la gratitud de tu Fuente.

7. Libérate de tu fama.

Si hablas con treinta personas, tendrás treinta famas distintas. Conectarse a la intención significa escuchar los dictados de tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta aquí. Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.

“El EGO es una parte nuestra que empieza a decirnos que no somos una creación divina y perfecta, esa parte de DIOS de la cual provenimos, de hecho, nos dice: TÚ solo eres lo que tienes. Se empieza con cosas como los juguetes para pasar después a las cuentas corrientes y a las posesiones, en menos que canta un gallo empezamos a identificarnos en base a nuestras posesiones, empezamos a creer en una serie de creencias, que dicen que cuanto más tenga, más valioso serás como persona. Nos pasamos sumergiendo a los niños en una cultura que enfatiza ese más, casi se convierte en un mantra del ego. Tienes que tener más, y entre más tienes, más consciente eres de que la gente va intentar arrebatarte las cosas, y más te obcecas en protegerlas y en como poder conseguir muchas, pero el dilema es: "Que, si eres lo que tienes, y las posesiones desaparecen, lo que eres también desaparece en el proceso” - Wayne Dyer (Película El cambio)

"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"


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