Reseña: Este dolor no es mío
- Aarón Pérez
- 27 may
- 10 Min. de lectura

Identifica y resuelve los traumas familiares heredados
¿Te has preguntado si los problemas que enfrentas hoy podrían tener sus raíces en el pasado de tu familia?
Quizá has sentido una tristeza inexplicable, una ansiedad persistente o patrones que se repiten en tus relaciones sin entender por qué. Lo que este dolor no es mío propone es tan revelador como transformador: no todo lo que sentimos nos pertenece directamente. A veces, cargamos con fragmentos de historias no contadas, con heridas que no son nuestras, pero que viven en nosotros. En muchas familias que han sufrido hechos trágicos o dolorosos, con la idea de no hacer sufrir innecesariamente a los hijos, se cree que lo es mejor es guardar silencio, y asi el pasado tiende a quedar enterrado, a pesar de que sus palabras son la puerta de acceso al pasado, y con ese silencio se puede perder para siempre una información valiosa. Guardar silencio sobre un dolor familiar no suele ser una estrategia eficaz. No atender al dolor tiene el efecto de hacerlo más profundo. Este libro de Mark Wolynn es una experiencia de autodescubrimiento. Con una mezcla poderosa de ciencia, psicología y sabiduría terapéutica, nos invita a mirar al pasado para poder avanzar con más libertad. Si estás buscando una lectura que te ayude a comprenderte mejor, sanar desde la raíz y romper ciclos que ya no quieres repetir, este libro puede ser el comienzo de ese camino.
"La historia de nuestra familia es nuestra historia. Reside en nosotros, nos guste o no."

Todo lo que necesitas saber sobre Este dolor no es mío
Muchos libros de autoayuda prometen el éxito como si fuera una receta de cocina: “sigue estos 7 pasos infalibles y alcanzarás la prosperidad, la paz interior, y de paso, el abdomen marcado”. Te dicen que visualices el éxito, que repitas mantras y hagas networking como si fueras influencer y además que te levantes a las 5 a.m. con una sonrisa. Pero seamos honestos… ¿qué pasa con los que ya hicimos todo eso y seguimos esperando que el universo nos conteste el mensaje?
Mark Wolynn, experto en el campo del trauma familiar heredado, nos presenta en este libro una síntesis de sus observaciones empíricas y los últimos descubrimientos en neurociencia, epigenética y psicología del desarrollo. Su objetivo principal es enseñarnos a identificar y resolver los traumas familiares heredados que afectan nuestras vidas. A través de su enfoque terapéutico, Wolynn nos muestra cómo los miedos, sentimientos y conductas que hemos adoptado sin saberlo pueden mantener vivo el ciclo del sufrimiento de generación en generación. En este dolor no es mio podrás aprender que muchas de estas pautas no son nuestras; solo las hemos tomado prestadas de otros miembros de nuestra historia familiar.
Este dolor no es mío: Identifica y resuelve los traumas familiares heredados del autor Mark Wolynn, es impreso en castellano por la editorial Gaia Ediciones y traducido por Alejandro Pareja Rodríguez, fue publicado el 15 de Septiembre de 2017, cuenta con 288 páginas y es considerado un libro de psicoemoción. Título original: It Didn’t Start With You publicado en 2016
"Muchas de estas pautas no son nuestras; solo las hemos tomado prestadas a otros miembros de nuestra historia familiar"

👤 Conociendo a: Mark Wolynn
Mark Wolynn es fundador y director del Family Constellation Institute en San Francisco. Es un reconocido terapeuta, autor, educador y conferenciante experto en el campo del trauma familiar heredado y ha desarrollado un enfoque terapéutico que integra las constelaciones familiares con hallazgos de la neurociencia, la epigenética y la psicología del desarrollo. Ha impartido clases en instituciones como el Instituto Omega, el California Institute of Integral Studies y el Western Psychiatric Institute. Su obra más conocida, "Este dolor no es mío", ha sido traducida a más de 20 idiomas.
"El dolor no siempre se disuelve solo, ni se reduce con el tiempo."
Lo que “Este dolor no es mío” puede enseñarte
🧬 ¿Y si lo que sientes… no es solo tuyo? Reconocer el trauma heredado
Una de las cosas más transformadoras que que puedes aprender es que muchas veces lo que sentimos no empezó con nosotros. Así como lo lees: ese miedo irracional, esa ansiedad que aparece sin invitación, o ese patrón que repites en tus relaciones como si fuera parte del guion… puede que no sea tuyo. Puede que estés actuando una escena escrita por tu abuela, tu bisabuelo o algún tío que ni siquiera conociste. A esto se le llama trauma “familiar heredado”, y no se trata de una excusa para echarle la culpa a la familia (aunque a veces dan ganas), sino una invitación a mirar con más profundidad. Porque aunque el trauma original haya ocurrido hace generaciones, sus efectos pueden seguir vivos en forma de emociones, síntomas o decisiones que repetimos sin entender por qué.
Y aquí viene lo interesante: el inconsciente no olvida. Guarda recuerdos como si fueran memes virales, listos para activarse cuando algo nos lo recuerda. Freud lo llamó “compulsión de repetición”, y básicamente es nuestro sistema diciendo: “vamos a repetir esto hasta que alguien lo entienda y lo sane”. La ciencia actualmente lo respalda: no solo heredamos el color de ojos, también podemos heredar el estrés, la culpa o el abandono. Y no basta con entenderlo de forma racional, hay que sentirlo, integrarlo, y sobre todo, dejar de cargar lo que no nos corresponde. La buena noticia es que podemos cortar con esos ciclos. Pero no desde el juicio, sino desde la conciencia, la compasión, y a veces, una buena dosis de humor. Porque sanar también es un acto de amor… y de risa.
El poder del lenguaje nuclear
¿Alguna vez te cachaste diciendo cosas como “me van a dejar”, “no valgo lo suficiente” o “algo malo va a pasar” sin saber de dónde vienen esos pensamientos? Mark Wolynn enseña qie se trata solo de drama interno, introduce el termino “lenguaje nuclear”. Este lenguaje son frases cargadas de emoción que repetimos (o pensamos) sin darnos cuenta, y que muchas veces son herencias emocionales de traumas familiares no resueltos. Es como si tu abuela, tu bisabuelo o algún ancestro con asuntos pendientes te hubiera dejado un WhatsApp emocional... pero sin palabras, solo sensaciones, impulsos, síntomas raros o pensamientos que no sabes ni por qué tienes.
¿Y por qué no lo podemos poner en palabras? Porque cuando éramos bebés o cuando vivimos algo muy fuerte, el cerebro dijo: “esto es demasiado, lo guardo sin etiquetar”. Entonces, esa información quedó archivada como imágenes, emociones o dolores sin explicación. Pero aquí viene la parte poderosa: si aprendemos a escuchar ese lenguaje oculto, podemos empezar a armar el rompecabezas de nuestra historia emocional. Y cuando entendemos de dónde viene todo ese rollo, dejamos de vivirlo como si fuera el presente. Ahí empieza la sanación. Así que la próxima vez que te sorprendas diciendo algo intenso o fuera de contexto, no te juzgues. Escúchalo como si fuera una pista. Porque sí, tu cuerpo y tu inconsciente están tratando de contarte algo. Tu tarea es descifrar ese mensaje, no taparlo con afirmaciones positivas sin sentido.
Los temas que cortan el flujo de la vida
No arrancamos la vida con la hoja en blanco como nos contaron. Desde el útero ya venimos con “archivos adjuntos” emocionales que no pedimos, pero igual se descargaron. Pueden venir de mamá, de papá, de la abuela que lloraba en silencio o del bisabuelo que nunca habló de la guerra. Sin importar si fue por herencia emocional, por epigenética o por lealtades invisibles, el punto es que algo traemos puesto que no es del todo nuestro. Y claro, después queremos tener salud, paz, éxito… pero ahí estamos, comiendo comida chatarra y diciendo “el lunes empiezo”. ¿Te suena? Bienvenido al club. La clave está en la fuerza vital que nos llega de nuestros padres. Esa energía no se corta cuando nos cortan el cordón umbilical. Sigue fluyendo, aunque digamos “ya superé a mi familia”. Spoiler: si no fluye bien, te sientes desconectado, como nadando en un mar de emociones. Todo cuesta más, y no sabés por qué. Lo loco es que no tienes que hacer nada para merecer esa energía. No hay que portarse bien, ni hacer 108 afirmaciones diarias. Solo hay que aprender a recibirla. Existen 4 temas inconscientes que bloquean el flujo de la vida:
Nos fusionamos con mamá o papá:
Sin darnos cuenta, nos metemos en sus dramas emocionales como si fueran nuestros. Queremos salvarlos, cargar con su dolor, y terminamos repitiendo sus historias como si fueran parte del combo genético. Eso no ayuda ni a ellos ni a nosotros. Y encima, nos cuesta recibir amor, especialmente en pareja.
Los culpamos:
Si estás peleado con uno de tus padres, puede que estés atrapado en una historia vieja que no te deja avanzar. A veces creemos que al rechazarlos nos liberamos, pero en realidad seguimos atados… solo que desde el enojo. Y lo más loco: lo que más criticamos de ellos, ¡terminamos haciéndolo igual! El inconsciente tiene un sentido del humor muy retorcido.
Tuvimos una ruptura temprana con mamá (y eso dejó huella):
Si el vínculo con mamá se cortó muy pronto (aunque ella haya estado físicamente presente), puede que hoy te cueste vincularte, confiar o incluso tener ganas de formar pareja o familia. Es como si algo se hubiera roto antes de que pudieras entenderlo, y ahora andás por la vida con un vacío que no sabés de dónde viene. Pero no estás roto, solo hay algo que necesita ser mirado con amor.
Nos identificamos con otro miembro del clan:
A veces el tem no viene de mamá o papá, sino de la tía, el abuelo o algún ancestro con historia intensa. Sentimos emociones que no entendemos, y creemos que el problema está en nosotros. Pero no: estamos siendo leales a alguien del sistema familiar. Es como si lleváramos puesta una camiseta con su nombre, sin saberlo.
Aunque estos cuatro temas inconscientes parecen universales, no por eso dejan de impactar nuestra vida. Son como esos programas que se ejecutan en segundo plano y te consumen toda la batería emocional sin que te des cuenta. ¿El resultado? Nos saboteamos, nos estancamos, y nuestras relaciones (sobre todo las de pareja) se convierten en campo minado. Estos temas tienen algo en común: la conexión con nuestros padres o con el sistema familiar. Si esa conexión esta bloqueda o llena de interferencias, la fuerza vital no fluye como debería. Y ahí estamos nosotros, queriendo avanzar con el freno de mano puesto. No todo bloqueo viene de mamá o papá. También hay interrupciones personales: traumas que sí recordamos pero no sabemos cómo sanar, o culpas que arrastramos como si fueran mochilas con ladrillos. Desde haber herido a alguien hasta decisiones difíciles que nos dejaron marcados, la culpa puede congelar nuestra energía, y si no la miramos de frente, hasta se la pasamos a nuestros hijos. La buena noticia: todo esto se puede mirar, comprender y transformar. Porque cuando entendemos de dónde viene el cortocircuito, podemos volver a conectarnos a la vida con más conciencia, más ligeros y con menos drama heredado.
El mapa del lenguaje nuclear:
Wolynn nos propone algo así como convertirnos en detectives del alma: nos da una metodología clara para armar nuestro propio “mapa emocional”, donde podemos conectar esos síntomas raros o emociones intensas que sentimos hoy con eventos del pasado familiar que ni sabíamos que estaban ahí. El gran desafío es que muchas veces no sabemos ni por dónde empezar, porque lo que nos duele no siempre tiene nombre ni contexto. Es como querer armar un rompecabezas sin tener la imagen completa. Pero con este enfoque, empezamos a ver lo invisible, a darle sentido a lo que parecía puro caos… y a dejar de repetir historias que no son nuestras.
La posibilidad de cortar el ciclo:
Wolynn cierra con broche de oro: sí, heredamos traumas… pero también heredamos fuerza, sabiduría y una resiliencia que no sabíamos que teníamos. Y lo mejor: podemos elegir sanar. Y cuando lo hacemos, no solo nos liberamos nosotros, sino que también le damos un respiro a las generaciones que vienen. Estamos conectados con los miembros de nuestra familia que vivieron cosas duras y no las pudieron resolver. Si no lo vemos, terminamos cargando emociones que no son nuestras, como si fueran parte del combo “ser yo”. Pero cuando hacemos consciente esa historia, se nos prende la lamparita y empezamos a ver caminos que antes parecían bloqueados. A veces el hecho entender de dónde viene el tema, ya nos hace sentir alivio. Otras veces, necesitamos un ritual, una conversación (real o imaginaria), o simplemente ponerle palabras a lo que antes era puro nudo en el pecho. Porque sí: las palabras liberan. Y cuando decimos lo que nunca se dijo, rompemos el hechizo del trauma heredado. También aprendemos que nuestras creencias internas (esas frases tipo “nunca me va bien” o “yo no sirvo para esto”) no siempre son verdad. A veces son solo eco de historias viejas que se quedaron pegadas como stickers emocionales. Pero ojo: no cuentan toda la historia. Debajo de esas defensas, hay un deseo profundo de ser amados, de conectar, de vivir en paz. Y cuando por fin desciframos nuestro “lenguaje nuclear” (ese idioma secreto del alma), entendemos que el miedo que tanto evitábamos no era miedo… era amor disfrazado. Un amor ancestral, silencioso, que solo quería que viviéramos con plenitud. Y cuando lo reconocemos, se convierte en medicina.
"Nuestros padres tienen importancia, con independencia de si saben ser buenos padres o no."
🔑 El tesoro que encontré en Este Dolor No Es Mío
Hace algunos años asistí por primera vez a una sesión de constelaciones familiares. Fue una experiencia profundamente reveladora: por primera vez, pude ver cómo ciertos patrones que se repetían en mi vida (relaciones difíciles, miedos persistentes, bloqueos emocionales) no eran solo míos, sino que estaban conectados con historias no resueltas de mi familia. Comprender esto fue el inicio de un proceso de transformación personal que continúa hasta hoy. Leer Este dolor no es mío de Mark Wolynn fue como ponerle palabras y estructura a todo lo que había comenzado a intuir en esa terapia.
Este dolor no es mío es una obra reveladora y profundamente transformadora. El mayor tesoro que encontré en sus páginas es la comprensión de que podemos romper el ciclo del sufrimiento heredado y sanar no solo nuestras vidas, sino también las de las generaciones futuras. Wolynn no solo ofrece una explicación clara y accesible sobre cómo se transmite el trauma familiar, sino que también brinda herramientas prácticas para identificar esos patrones y comenzar a liberarnos de ellos. Su enfoque, que combina ciencia, psicología y experiencia terapéutica, nos invita a mirar hacia atrás con compasión para poder avanzar con más libertad.
Continuar el viaje: 5 lecturas complementarias:
"El cuerpo lleva la cuenta" de Bessel van der Kolk
"La biología de la creencia" de Bruce H. Lipton
"La danza de los ancestros" de Anne Ancelin Schützenberger
"La familia: un viaje hacia el corazón" de Bert Hellinger
"La herencia emocional" de Galit Atlas
Esta pregunta puede abrir una puerta hacia la comprensión, la sanación y el cambio. ¿Qué patrones (emociones o comportamientos) has notado en tu vida que podrían estar relacionados con tú historia de tu familia?
Si te animas, puedes compartir tu reflexión en los comentarios. Tu historia también puede inspirar a otros.
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¡Excelente reseña, muy reveladora!