Fluir
- Aarón Pérez
- 16 feb 2022
- 5 Min. de lectura
Mihaly Csikszentinilialyi en su libro Flow (Fluir), estudio a personas consideradas “ganadoras” (entre ellos ejecutivos, plusmarquistas y artistas) que han alcanzado una vida de prosperidad. Describe el principio de “fluir” como una inmersión máxima en nosotros mismos, en la que experimentamos un gozo total al momento de hacer nuestras actividades diarias. En este blog ya he hablado anteriormente de cómo todo parece funcionar a la perfección en nuestras vidas cuando estamos inspirados. Fluir entra dentro de este tipo de inspiración. Una inspiración tan poderosa que todos los obstáculos parecen desaparecer y quedamos enamorados de lo que hacemos en tal medida que el trabajo parece fluir sin el menor esfuerzo por nuestra parte. Se puede experimentar esta vivencia del fluir en casi todo.

He experimentado el fluir cuando estoy tan involucrado en mis actividades, en esos momento el tiempo parece quedarse inmóvil y las horas transcurren como si fueran minutos. Puedes fluir en tus actividades cotidianas sin esperar la aparición de esos momentos como si estuvieran dirigidos por alguien o algo externo. Llegar a fluir en la vida significa alcanzar un estado de concentración total que parece que todo lo demás deje de existir. La gente que conoce la prosperidad en su vida, sabe cómo alcanzar este estado esplendoroso en el que sus actividades, en lugar de constituir una serie tediosa de trabajos a realizar, se convierte en una especie de meditación en la que sin embargo están activos e involucrados en lugar de estar sentados tranquilamente. Fluir tiene mucho que ver con el propósito. Cuando permites que tu espíritu se funda totalmente en lo que estas haciendo, dejando de lado tu ego, tu yo superior dirige y produce mientras que el cuerpo sigue a la mente sin ningún juicio de por medio.
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Cuando te encuentras en ese estado, experimentas corporalmente una especie de dicha etérea que te dice: “Es por esto que estás aquí, ésta es tu misión y nada lo puede entorpecer”. Llegas a un estado en el que rindes a niveles por encima de los que pudieras haber conocido con anterioridad. Observas literalmente cómo tu cuerpo hace cosas increíbles, experimentas una dicha enorme y nada puede oponerse en tu camino. Tienes un propósito y vives una experiencia cumbre que otros sólo pueden soñar. Hay una manera de llegar a ese estado de fluir. El profesor Rao de la universidad de Long Island, resume el proceso en el artículo de la revista Success: “No se trata tan sólo de secretos para llegar a ser un gran ganador en el terreno laboral, sino también de secretos para producir auténticos milagros en la vida”.
Describo a continuación los cinco puntos que constituyen el camino hasta ese estado de “fluir”.
1. Una meta espiritual que dé sentido a tus actividades
Significa olvidarte de ti mismo (en el buen sentido) y hacer que toda tu energía pase al mejor modo de servir a los demás. Haz de tu trabajo una experiencia de meditación, y en lugar de verte a ti mismo realizando una tarea determinada, conviértete de hecho en la tarea en tu mente. Pasa de ser un ser humano que hace, a un ser humano que es. Te conviertes en el informe en el que estás trabajando, te conviertes en el libro que estás escribiendo o en la cena que estás preparando. No hay separación alguna, tú y la tarea son uno mismo, y ello en nombre del objetivo espiritual de dar de ti mismo con un propósito.

2. Concéntrate y cierra tu mente a toda forma de distracción.
La mente es tan poderosa que no necesita ser distraída constantemente por actividades foráneas. Puedes entrenar tu mente para que se concentre. Da a tu mente la misma preparación mental que das a tu cuerpo cuando deseas que éste tenga una forma física al máximo. No tienes por qué ser esclavo de tus sentidos. Puedes crear una atmósfera en la que la mente esté despejada y libre de distracciones, sin interrupciones. Puedes entrenarte para eliminar el interminable ruido mental de tu conciencia. Puedes alcanzar ese lugar superior dentro de ti y dejar fuera toda distracción. Cuando lo hagas empezarás a saber lo que es esa sensación de fluir. Esto puede hacerse en el trabajo, en el hogar o en cualquier lugar tranquilo.

3. Entrégate al proceso.
Debes resistir el impulso de luchar por lo que deseas. En el sistema descrito en el libro Flow, el mundo trabaja contigo, por lo que debes participar realmente en el proceso y abandonar el instinto aprendido que te empuja al esfuerzo y a la lucha. Olvida el resultado, la recompensa, el dinero, el trofeo o los homenajes. Consagra tu mente y tu cuerpo físico totalmente a la experiencia que tienes en mano. No es tan difícil conseguirlo. Si decides quedarte con los resultados en lugar de con el proceso crearás en tu vida envidia, celos y disonancia. Si te prestas al cambio podrás crear un flujo que lleve a la prosperidad y a saber que existe el milagro personal en tu actividad. No te esfuerces por alcanzar un objetivo, en lugar de ello, disfruta del proceso del trabajo que estás realizando; los resultados vendrán independientemente del esfuerzo que les dediques. Cuando nuestra mente está concentrada en el resultado más que en lo que se está haciendo se crea una disonancia interior que bloquea cualquier posibilidad de prosperidad en tu vida. La prosperidad tiene que ver con el proceso y no con los resultados. El proceso tiene que ver con el propósito, y el propósito con amar y dar.

4. Experimenta el éxtasis.
Este es el resultado que automáticamente fluirá hacia ti si sigues las pautas indicadas. Conocerás una especie de bienaventuranza y dicha interiores inconfundibles, que se acercarán sigilosamente hasta ti y se apoderarán de ti, por así decirlo; conocerás esa gloriosa y emotiva experiencia cumbre si te entregas al flujo en la vida.

5. Observa y ve cómo alcanzas un rendimiento al máximo sin esfuerzo.
Tu estado de éxtasis te abrirá nuevas perspectivas de creatividad y energía. Este estado natural de dicha es la clave para mejorar tu rendimiento. Es el estado que los grandes ganadores saben crear en sí mismos. Lo irónico es que esta mayor productividad sea el resultado de haber alcanzado el estado de éxtasis. Los procesos de entrega, concentración y vida con propósito llevan al éxtasis. Cuando sientas esta dicha interior querrás más y más. Cuanta más puedas crear para ti mayor será tu rendimiento.

“Si avanzamos confiados en la dirección que marcan nuestros sueños y nos empeñamos en vivir la vida que hemos imaginado nos encontraremos con un éxito inesperado en cualquier momento”. - Henry Thoreau
Ahora es tu turno: ¿Tu sistema de pensamiento es de abundancia o de carencia? cuéntamelo en comentarios.
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