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Qué hacer mientras se medita



Durante años escuché hablar de la meditación, pero siempre tuve mucha resistencia a darme la oportunidad de practicarla. Existe una gran cantidad de mitos, prejuicios o conceptos erróneos sobre esta práctica milenaria, y sin duda alguno de estos prejuicios fueron parte de las razones por las que no me abría a tan solo intentarlo. Tenemos una cierta tendencia a convertir nuestras rutinas en un dogma, es decir, tenemos la creencia que para lograr o alcanzar algo, tenemos que hacer determinadas cosas, y de esa forma llegamos a pensar que existe “un camino único” para lograr determinadas cosas, y además, que todos tenemos que hacerlo igual si queremos lograrlo. “Para adelgazar tienes que correr todos los días a las 5 am”, “Para mantenerte despierto tienes que tomar café”, “Para estar en paz, o conectarte al presente tienes que meditar”, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, al final todos tenemos ciertas rutinas que nos ayudan para alcanzar algo, un estado de ánimo, un estado físico, etc. Como todo en la vida, las rutinas también pueden ser peligrosas si llegan a convertirse en “dioses” que amenazan el objetivo con el que fueron establecidos. Si todos los días realizo una cierta rutina para estar en paz, y el no poder realizar esa rutina por alguna circunstancia no me permite estar en paz, el objetivo para el que se estableció se ve amenazado.


En lo personal no pienso que exista un camino único, no se puede negar que muchos han tenido éxito tras pasar una vida preparándose en una determinada actividad, pero eso no quiere decir que ese sea el único camino, existen otros caminos, ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Pero es posible que uno esté tratando de seguir un camino muy largo para alcanzar algo que nos falta, o que creemos que nos falta. No creo que sea necesario pasarse todo una vida dedicada a la contemplación, aunque sin duda el esfuerzo te llevará al éxito en el largo plazo. En los años recientes en diferentes libros fui encontrando estudios de rigor científico sobre los múltiples beneficios de la meditación en la vida diaria, lo que me ha llevado a comprender cómo la meditación es una herramienta que puede ser muy útil si estás en la búsqueda de conectar contigo mismo. Lo que me llevó a reflexionar, y abrirme a la posibilidad de probar la meditación, no para lograr o probar algo, simplemente por la experiencia, y lo que quiero compartir contigo en este Post es simplemente mi opinión con base en mi experiencia, si buscas saber si la meditación es una buena, o mala práctica, o si deberías o no practicarla, definitivamente este no es el Post que estás buscando.


Como comentaba al principio, existen una serie de mitos, prejuicios, o ideas erróneas acerca de la meditación que tal vez han surgido debido a una idealización o un mal entendimiento de la práctica, y no propiamente por ignorancia o maldad, pero que han llevado a las personas a ver la meditación como que se trata de algo para “locos”, o ideas como que la “gente se vuelve tonta con la mediación”, que se trata de una “secta”, entre otras ideas sin sentido. Pero quisiera hablarte de 3 de estas ideas erróneas que probablemente son comunes entre las personas que aún no han practicado la meditación.


1. Los mantras son necesarios

Existen diferentes tipos de meditación, ciertamente algunos utilizan la repetición de palabras o sonidos como anclaje para trabajar la conciencia. Pero esto es tan solo uno de los muchos tipos de meditación, no es estrictamente necesario llevar a cabo la repetición de palabras en alguna lengua o algo similar. Al final, se trata de encontrar una meditación que se adapte a nuestra vida.



2. Es necesario hacerlo en posición de loto

En realidad, la meditación se puede practicar de pie, sentado, acostado, caminando, incluso realizando cualquier actividad como conducir tu coche, o trabajando, en donde te sea posible y quieras hacerlo. Se trata de realizar un trabajo interno, externamente puedes hacer cualquier cosa. Tener que realizar una posición complicada o perfecta es otro de los tantos mitos que existen acerca de la meditación. Es recomendable sobre todo al principio, meditar sentado en un ambiente adecuado. Meditar es estar en este estado de plena consciencia, atención plena durante las 24 horas sin importar que actividad están realizando. Aunque es mucho más fácil decirlo que hacerlo, cualquier avance en esa dirección nos beneficia.



3. Se requiere de un lugar especial (playa, montaña o una ermita apartada)

Esto equivale a pensar que jugar un partido de fútbol con amigos, es necesario hacerlo en un campo profesional. Tenemos muchas veces la tendencia a exagerar e irnos a los extremos de cierta forma quizás sea tan solo una forma de poner excusas para no trabajar en uno mismo y seguir postergando y no y no empezar a meditar hoy con lo que tenemos, lo que sabemos, cuándo podemos y dónde estamos.



6 claves para evitar que la mente se disperse al meditar

Meditar es una herramienta que nos brinda la oportunidad de aprender a conectarnos con nosotros mismos, empezar a ser conscientes de cómo nos sentimos y observar el ruido de nuestros pensamientos, entre otros beneficios. Cuando conectas con tu interior, descubres a Dios, y conectas con tu espiritualidad. No obstante, evitar que la mente se disperse al meditar requiere de práctica y de las técnicas adecuadas para lograrlo. Muchas personas creen que la meditación no es para ellos, porque tienen la idea de que se trata de dejar de pensar y se sienten incapaces de relajarse. Por eso me parece necesario aclarar que el objetivo de la meditación no es detener todos los pensamientos, ni dejar la mente en blanco, de hecho puede decirse que eso es literalmente imposible. Tener pensamientos durante la meditación es normal, nuestra mente está en constante actividad, así que no te preocupes. Se calcula que tenemos entre 60 mil y 80 mil pensamientos al día. Lo que la meditación nos enseña es a observar nuestros pensamientos, ser conscientes de ellos nos permite no aferrarnos y a no huir con ellos. Nos permitimos tenerlos, al igual que les permitimos irse, , pero lo hacemos sin identificarnos, sin dejarnos llevar por la historia o la emoción que nos puedan provocar. Es por eso que aprender a evitar que la mente se disperse al meditar es una de las claves para obtener los mejores beneficios de esta disciplina. A continuación te comparto algunos consejos que te podrían ser útiles para evitar que la mente se disperse al meditar.


1. Utiliza la respiración

Los ejercicios de respiración son una buena manera de mantener la mente centrada, a la vez que ayudan al cuerpo a relajarse. Para usar esta técnica, puedes simplemente contar inhalaciones y exhalaciones. Por ejemplo, puedes contarlas del 1 al 100. Pero si notas que tu mente divaga y te percatas de que has perdido la cuenta, sé amable contigo y comienza de nuevo. Concentrar la atención en la respiración ayuda a evitar que la mente se disperse al meditar.


2. Dibuja o imagina formas

Intenta dibujar figuras (triángulo, cuadrado) con la imaginación mientras respiras (inhalar, exhalar, inhalar, sostener, exhalar). También puede apoyarte de algún elemento visual que tengas alrededor para que tu mente se fije en él y le sea más fácil concentrarse. Por ejemplo una vela encendida.


3. Practica la meditación guiada

No existe una forma correcta o incorrecta de meditar. La meditación silenciosa es una de las maneras de hacerlo, pero otra forma es que uses una guía (audio) para ayudarte. Cuando te dirige la voz de alguien y te va enseñando ejercicios de visualización, la mente suele estar ocupada con las imágenes. Hay multitud de recursos gratuitos hoy en día en las redes sociales (audios, vídeos), para realizar meditaciones guiadas. No te será difícil encontrar uno que te guste.


4. Observa tus pensamientos

Al practicar la meditación silenciosa, en lugar de tratar de alejar los pensamientos, dales la bienvenida. Suele pasar que aquello a lo que nos resistimos, persiste. Algo que puede ayudarte al principio es tratar de integrarlos en una imagen agradable. Por ejemplo, imaginar que tu mente es el cielo azul y tus pensamientos son nubes que pasan por él. O que tu mente es un río y tus pensamientos son troncos que se mueven con la corriente. De esa forma tus pensamientos no te afectan, no dependes de ellos y no evitarás que permanezcan y te hagan daño. Simplemente observarlos.


5. Escribe tus pensamientos

Si sientes que son demasiados los pensamientos que tienes en tu mente al meditar, puede ser muy útil registrarlos antes de meditar. Así les das salida y evitas que te obsesionen. Escribe todos tus pensamientos a medida que aparezcan, sin analizarlos, juzgarlos y sin detenerte a pensar si estás formulando cada uno correctamente. Depositar todo lo que tienes en la mente sobre un papel te ayudará enormemente en tus meditaciones.


6. Practica con regularidad

Meditar a la misma hora todos los días, y en el mismo lugar, provoca que tu mente sepa lo que viene. Así, se sentirá más a gusto haciéndolo. La mente no está entrenada para estar quieta y, por lo tanto, luchará contra una solicitud repentina de dejar de hacer aquello que lleva a cabo naturalmente. Por eso, es fundamental que crees el hábito de liberarte de tus pensamientos. Solo así podrás evitar que la mente se disperse al meditar.


No subestimes el poder de la meditación, meditar es simple, pero no fácil. Merece la pena probar esta herramienta e incluirla en tu vida como un hábito diario en caso de que puedas ver los beneficios que aporta a tu vida. La investigación ha demostrado que la práctica de esta técnica puede tener beneficios positivos en el bienestar emocional y la salud física. Puede ayudarte en afecciones como una depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, insomnio o dolor crónico. La meditación activa incluye la oportunidad de plantear problemas o preguntas para resolver conflictos: ¿Qué me enseña esto? o ¿De qué modo puedo aprovechar esta situación? También puedes volver atrás en tu vida, revivir experiencias y ver el aprendizaje que cada una de esas experiencias te ha aportado. Puedes establecer contacto con la inteligencia divina que hay en tu interior y hacer un uso nuevo y espectacular de ella. Puedes incluso aprender acerca de cualquier enfermedad que forme parte de tu vida, bendecir ese malestar, encontrar su sentido y entrar en contacto con tu capacidad curativa. La guía está dentro de ti,


Desde mi experiencia personal, puedo decir que la meditación es una herramienta que te permite llegar al punto en que vas más allá de los pensamientos y de la actividad mental. “Trascender” el campo unificado de la conciencia, algo que es imposible explicarlo, es algo que tienes que experimentar. No importa cómo lo consigas. No se llega de una manera lineal ni se logra estudiando los sistemas de otros. El secreto está en que te permitas experimentarlo de primera mano y encontrar la técnica que te funcione, y te abras a vivir los mensajes que puedas recibir. Cuando experimentas esta vivencia, conectas de manera afectiva con cuanto existe en el universo. Existen muchos libros y guías maravillosos que pueden ayudarte a conseguirlo. Pero, en este punto, lo que más te ayudará es descubrirlo por ti mismo, es la única manera de que puedas determinar si la meditación es o no es para ti.


Ahora es tu turno: ¿cuál ha sido tu experiencia con la meditación? cuéntamelo en comentarios.


Gracias por leerme, si te ha gustado compártelo


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