La vida ocurre ahora: Un manifiesto del presente
- Aarón Pérez
- 5 may 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 1 oct
Por Aarón Pérez
Blog: Despertar Consciente
¿En qué tiempo te encuentras?
La vida está ocurriendo ahora. Aunque tú y yo estemos en lugares distintos, nuestras vidas están sucediendo en este mismo instante. Mientras escribo estas palabras, tú las estás leyendo, y ambos estamos viviendo este momento. Eso es lo que llamamos PRESENTE: el único tiempo en el que realmente sucede la vida.

"El tiempo no es valioso, porque es una ilusión. Lo que percibes como valioso no es el tiempo, sino el único punto que está fuera del tiempo: el Ahora." – Eckhart Tolle
El tiempo como ilusión
Cierra los ojos por un instante. Cuando los vuelvas a abrir y leas estas palabras, ¿en qué tiempo te encuentras? Sin temor a equivocarme, te diré que en el presente, en el aquí y en el ahora, en este preciso instante. Me resulta fascinante, casi alucinante, que no estés leyendo esto en mi futuro, sino en mi presente. Y yo no lo estoy escribiendo en tu pasado, sino en tu presente. Todo ocurre simultáneamente, justo en esta fracción de segundo. Solo nos encontramos en coordenadas diferentes, mientras la vida de ambos transcurre en el mismo, eterno instante.
¿Qué es lo que verdaderamente mide el reloj? La respuesta más común es "el tiempo". Para el ser humano, el tiempo es la magnitud que puntúa su existencia. La humanidad sustenta su entendimiento del tiempo en un concepto lineal: una secuencia de eventos que se suceden uno tras otro, de forma aparentemente separada. Pero, ¿y si esta linealidad fuera una construcción de nuestra mente? Sin embargo, lo que me gustaría destacar, y que te invito a cuestionar por un momento, es que se trata precisamente de eso: un concepto. Una idea que fue gestada por los romanos hace unos dos mil años. El Homo sapiens surgió en nuestro planeta hace aproximadamente 35 mil años, lo que significa que llevamos muy poco tiempo rigiéndonos por esta noción. Antes de la existencia del reloj, la humanidad se guiaba por los ciclos celestes, principalmente el sol, que solo permitía marcar tres puntos temporales: el amanecer, el mediodía y el anochecer. No fue hasta la invención del reloj mecánico que se impuso una hora estándar para todo el mundo, encadenándonos a una medida arbitraria.
El punto al que quiero llegar es que tengas claro que esto del tiempo es un constructo mental, una idea impuesta para organizar la sociedad y potenciar nuestra productividad. Y hay algo crucial en esta imposición: nuestra biología. Este concepto lineal del tiempo nos ha llevado a intentar someterla. ¿A qué me refiero? Hemos diseñado una vida en la que forzamos nuestro despertar con un timbre estridente, ignorando el ciclo natural del sol. Forzamos nuestra productividad a oscuras, luchando contra el cansancio que nuestro cuerpo, en su sabiduría biológica, nos pide. Realizamos actividades sin importar la estación o la temperatura, ya sea invierno o verano, hemos basado nuestra existencia en una lógica racional que a menudo carece de sentido biológico, dejando de escuchar a nuestro propio ritmo. Basta observar el reino animal —y no olvidemos que nosotros también lo somos—, con la única diferencia de que nos percibimos como seres "racionales".
El presente como única realidad
Es cierto que podemos medir la duración de un día, basándonos en el tiempo que tarda nuestro planeta en girar sobre su eje. Sin embargo, resulta imposible medir la duración del presente, del aquí y el ahora. Este instante no tiene principio ni fin; es un río de flujo incesante que no podemos acotar, o quizá, una gota de agua que contiene la totalidad del océano. En este momento se encuentra todo; no falta nada, pues toda la información del universo está contenida aquí.
El pasado solo existe en tu mente, y tu mente, a su vez, solo existe en el presente. Tu percepción del pasado no es más que el conjunto de pensamientos y recuerdos que tienes sobre tus experiencias. Contrario a lo que solemos pensar, la memoria no es una grabación perfecta, sino una reconstrucción que se modifica cada vez que la revisitamos. Tu inconsciente biológico registra constantemente los estímulos del entorno para asegurar tu supervivencia, creando un punto de referencia para tus decisiones actuales.
De este modo, no reaccionas a lo que está sucediendo objetivamente, sino a tu interpretación de lo que sucede. Esta interpretación se basa en la información almacenada de tu pasado, de aquello que ocurrió en un aparente instante anterior dentro del concepto lineal del tiempo. Sin embargo, todo ese proceso de interpretación ocurre en el presente, como parte de este mismo instante infinito.
¿Y qué hay del futuro? El futuro no es más que una proyección mental que surge de tu imaginación, una serie de escenarios posibles que podrían ocurrir más adelante. La neurociencia lo llama imaginación prospectiva, un proceso en el que el cerebro usa el pasado como material para construir el futuro. De nuevo, la información de tu pasado influye en los escenarios que eres capaz de imaginar. Y, al igual que con el pasado, todo ese proceso imaginativo está sucediendo justo ahora, en este instante.
Por lo tanto, es crucial que seas consciente de que lo más importante no es lo que crees que pasó, sino la percepción que tienes de ello. Si tienes un conflicto con tu pasado, tienes el poder de reinterpretarlo y sanarlo, justo aquí y ahora. Al final, el pasado es simplemente lo que tú decides que sea. Nada existe fuera del presente, ni en el pasado ni en el futuro.
¿Qué pasaría si en lugar de habitar los recuerdos o las expectativas, simplemente habitáramos este instante?
El pasado y el futuro: construcciones mentales
El pasado y el futuro, esas dos caras de una misma moneda ilusoria, son las anclas que nos impiden navegar en el río del presente. A menos que te cuestiones las creencias más arraigadas que has construido sobre el tiempo, esas que se alimentan de tus recuerdos y expectativas, difícilmente podrás comprender la verdadera naturaleza del presente. Con el concepto del tiempo lineal, lo único que hemos logrado es generar un estado constante de ansiedad. Ansiedad por creer que este instante se nos escapa de las manos, ansiedad por la nostalgia de un pasado que solo existe como una reconstrucción mental y una constante sensación de insuficiencia, como si cada paso hacia adelante fuera un lamento por lo que ya dejamos atrás. Al aferrarnos a estas construcciones mentales, condenamos nuestra conciencia a vivir entre ecos y sombras, ignorando la única realidad que tenemos.
¿Qué mide un reloj?
Imagina que despiertas y, al comenzar tus actividades diarias, notas que nada cambia: el sol se encuentra siempre en la misma posición. ¿Cómo determinarías cuánto tiempo ha pasado? Un reloj, en esencia, solo mide cambios. Si estos no existieran, el concepto del tiempo sería tan incomprensible como la idea de que el tiempo no existe.
Regresemos a lo más importante. Te pregunto nuevamente: ¿Dónde estás? Obsérvate en este instante. ¿Eres consciente de lo que sucede en ti? Estás respirando este momento, sintiéndolo, escuchando sus sonidos, observando lo que te rodea. Este instante habla enteramente de ti, porque sucede para ti.
Deja de intentar organizarlo o pensar en cómo debería ser. Permite que tu consciencia se enfoque en el presente. En este instante no puedes ser mejor, ni peor; no puedes tener más, ni menos. No hay respuestas, porque en el presente no existen preguntas. Cualquier intento por cambiarlo o mejorarlo nace de la creencia de que existe un tiempo futuro que podría ser mejor, y que para alcanzarlo necesitas manipular el presente. Así, el concepto lineal del tiempo nos lleva a despreciar por completo el único tiempo que existe, usándolo tan solo como un trampolín entre el pasado y el futuro.
El presente es la ausencia de tiempo; tan solo puedes vivirlo y sentirlo. Si crees que es difícil vivir el presente, es porque buscas un futuro en el cual aprender a estar en el presente. El presente no puede ser comprendido, ya que carece de todas las leyes que usamos para entender la vida. De hecho, no puedes comprender el presente porque solo eres consciente de él una vez que ha sucedido. Incluso si lo reflexionas, nuestra vida va en sentido contrario a como la conceptualizamos: siempre estamos viviendo el pasado, porque te vuelves consciente de un instante solo cuando ya ha ocurrido.
"No te detengas en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el presente" -Buda Gautama
Ahora es tu turno. Después de leer esto, ¿en qué tiempo te encuentras? Te invito a compartir tu reflexión en los comentarios.
Si te ha resonado esta idea, compártela. Gracias por leer.
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