Propósito y prosperidad
- Aarón Pérez
- 1 feb 2022
- 6 Min. de lectura
Cuando se le da un propósito a la vida, es posible experimentar lo que algunos llaman “la realidad mágica”. Anteriormente compartí en este blog, los tres caminos hacia la iluminación, y cuando te centras en aprender a través del camino del sufrimiento o el de los resultados, utilizas como guia, una visión basada en el pasado, y en consecuencia se paga un elevado precio en la vida cotidiana. Es posible que hasta ahora, en diferentes ámbitos de tu vida, has invertido tiempo y energía en hacer cosas que te desagradan, diciéndote a ti mismo que hacerlo era absolutamente necesario porque era lo correcto, por que tienes cuentas que pagar o simplemente por que no tenías otra elección.

Dejame plantearlo de una manera diferente, de acuerdo a la física, el universo esta formado por 99% de energía, y 1% de materia, podemos usar esto de forma metafórica. Si eres cuerpo (materia) y mente (energía), por lo tanto, eres invisible en un 99% (pensamiento y espíritu) y tu cuerpo físico que es el vehiculo para tu mente, sólo forma el 1%. Si estás haciendo algo que realmente no quieres, estas siendo una persona no auténtica. Es decir, tu cuerpo sigue adelante rutinariamente mientras no dejas de pensar en cuanto te desagrada tu vida. Un 1% sigue la rutina, mientras el 99% detesta tus actividades diarias. No es posible conocer la satisfacción y no se tiene la oportunidad de vivir con prosperidad mientras se lleva una vida que no se disfruta. Tener un propósito en la vida significa dar sin preocuparse por los resultados. Cuando semos capaces de hacer que nuestra conciencia se centre en las maneras en que podemos servir a los demás y cuando hacemos de esto el centro de nuestra vida, estamos en laa posición adecuada para vivir auténticos cambios en nuestro progreso hacia la prosperidad. Cuando ser generosos con los demás es todo lo que tenemos para dar, no existen límites en cuanto a lo que podemos recibir como un efecto de nuestra generosidad. Podemos considerar prosperidad como abundancia ilimitada. No es posible llegar a ese punto acumulando y tampoco concentrados en que podemos obtener. En un sentido más amplio, no es posible poseer nada mientras estás aquí, ni tampoco puedes adquirir nada, sólo puedes dar de ti. Es en ésta área en la que debemos aprender a trabajar para experimentar abundancia y prosperidad ilimitadas.
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En cuanto seas consciente de que “dar” constituye la clave para tu abundancia, verás también que puedes alcanzar fácilmente la prosperidad. ¿Es tan difícil? Algunos no logran percibir la ironía de la vida. Muchos desean una vida de prosperidad pero se concentran exclusivamente en que pueden obtener de ella. De esa manera, trabajan, luchan y se fijan metas, pero nunca parecen llegar adonde quieren llegar, ni tienen suficiente. Si estudiamos a personas que han alcanzado el éxito en cualquier ámbito, observaremos que no se centran en los resultados que personalmente van a obtener.
En 1991, la revista Success publico The Superachiever's Secret (El secreto del super ganador): Un día, Mehdi Fakharzadeh, agente principal de la compañía de seguros Met Life, visito a un asegurado que sufría de una dolencia cardíaca y quería pedir una indemnización. No había posibilidad de seguir cobrándole las pólizas. La mayoría de agentes (con sus intereses como objetivo) se habrían limitado a entregarle un formularlo y marcharse. Mehdi, quien se había entregado a la misión de ayudar a la gente, le ayudo rellenar el formularlo. Cuando se enteró de que tenía también pólizas con otras compañías aseguradoras, consiguió los formularlos, los rellenó y se aseguró de que las indemnizaciones llegaran a su destino. El hombre se empeñaba en gratificarle a Mehdi, pero se rehusó cortésmente. Días más tarde, Mehdi recibió por correo una lista de veintidós amigos y parientes de aquel hombre, con nombres, fecha de nacimiento, número de hijos y una presentación personal a cada uno de ellos. Mehdl vendió millones de dólares en pólizas de seguros.

Cuando tienes en mente el propósito espiritual y social que te empuja en la vida, observarás cómo cambia tu estado de prosperidad. En tu mente ocupará un lugar principal el descubrir las formas en que puedes servir a las necesidades de quienes te rodean centrándote en sus necesidades y lo que les corresponde. Tener un propósito significa, de manera general, estar en paz contigo mismo, y es precisamente esta paz lo que das a los demás a través de tus acciones. Mi experiencia personal me ha llevado a creer que éste es el secreto que comparten aquellos que experimentan cambios de prosperidad en sus vidas. Cuanto más das y más lo haces para servir a los demás, más regresara a ti. Cuando vuelve a ti, no estarás interesado en acumular ni poseer, y por lo tanto, te sentirás aún más inclinado a darlo con lo que se afianzará el ciclo de la “realidad mágica”.
Esta visión es aplicable a todos los ámbitos de la vida, incluidos los negocios. Por ejemplo, una compañía de aviación, cuyo objetivo es servir a sus pasajeros, puede prosperar al máximo cuando la organización se base en el servicio a los demás. Cuando en algún nivel del negocio se descuida este sentido del servicio, la organización entera se resiente. Una usuario platico su experiencia en un aeropuerto, tuvo la oportunidad de subir al avión antes de la hora y que los demás pasajeros, escucho la voz de un asistente de vuelo que decía con sarcasmo: “Aquí llegan las bestias”. Algunas personas pueden no darle importancia a este tipo de detalles, pero puede ser un indicador del futuro de la empresa. La compañía quebró tiempo después. Es importante que los empleados sepan que tienen el privilegio de servir a las personas que disponen o tienen que usar partes de sus ingresos para utilizar su servicio. En gran parte, dependen de sus clientes que puedan conservar sus empleos, por lo que es importante que los valoren y aprecien. Debe hacerse hincapié en el servicio, olvidando la conveniencia o inconveniencia para los empleados. Esto es aplicable a tu trabajo, sea cual sea. Si trabajas en un consultorio médico, tu objetivo será servir y ayudar a los demás a mejorar su calidad de vida. Si el objetivo es sólo ganar dinero y hacer que los pacientes entren y salgan lo antes posible, sera complicado prosperar.

Para tener un propósito en todas las actividades de nuestra vida sólo hay que darle la vuelta a las creencias interiores. No es necesario cambiar de posición o de lugar, porque es en el dar donde se experimenta esta realidad mágica. Las palabras que en este sentido dice Dios a Arjuna, el poderoso guerrero, en el Bhagavad Gita, son muy simples: “Esfuérzate constantemente por contribuir al bienestar del mundo; mediante la devoción a una labor sin egoísmo se alcanza la meta suprema de la vida. Haz tu labor siempre con el bienestar de los demás en el pensamiento”. Observa que hace hincapié en lo que se tiene “en el pensamiento”. Y éstas son las palabras finales de Dios a Arjuna: “El ignorante trabaja para su propio bienestar, Arjuna; el sabio trabaja para el bienestar del mundo, sin pensar en sí mismo”.
Quizás esta idea te parezca demasiado elevada, pero tengo la certeza de que puedes alcanzar los beneficios de esta manera de pensar en este mismo instante. No es necesario memorizar una serie de principios elevados, sino simplemente ponerte en contacto con tu yo superior, que siempre te acompaña y permitir que esa parte natural de ti mismo tome el control. Resulta un modo fácil y fascinante de vivir que no deriva de un mayor esfuerzo, sino del hecho de relajarse y eliminar las presiones procedentes de ti mismo. Cuanto menos te impongas este nuevo modo de ser, más fácil te será disponer de él como principio guiador de tu vida. Un rápido vistazo a las características del ser espiritual frente al ser no espiritual te mostrará que se trata de un ejercicio mental más que de un ejercicio físico. Lo que debes hacer es permitir que tu yo natural fluya apaciblemente, y saber que la satisfacción viene de dar y no de recibir. He aquí un concepto, el de “fluir”, con el que deberás familiarizarte totalmente a medida que permitas entrar en tu vida la prosperidad que deseas.
Ahora es tu turno: ¿Tu sistema de pensamiento es de abundancia o de carencia? cuéntamelo en comentarios.
Gracias por leerme, si te ha gustado compártelo
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