Más allá del escándalo
- Aarón Pérez
- 25 jul
- 8 Min. de lectura
Lo que la polémica sobre el machismo revela sobre nuestra forma de educar, pensar y reaccionar
🧩 ¿Qué tanto pesan las palabras de una figura pública?
Javier “Chicharito” Hernández es uno de los futbolistas mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Ha jugado en equipos como el Manchester United, Real Madrid y LA Galaxy, y actualmente milita en el Club Deportivo Guadalajara (Chivas) de la liga mexicana. Además de su trayectoria deportiva, es una figura muy influyente en redes sociales, con más de 12 millones de seguidores combinados entre Instagram y TikTok. La polémica surgió cuando publicó una serie de videos en los que hablaba sobre el rol de la mujer y del hombre en la sociedad. En uno de ellos, dijo que las mujeres están “fracasando” al erradicar la masculinidad, y las invitó a “encarnar su energía femenina” cuidando, nutriendo, limpiando y permitiéndose ser lideradas por un hombre. También mencionó que los hombres están fallando por falta de compromiso y liderazgo, aunque esta parte pasó casi desapercibida en la conversación pública.
El video fue visto por millones de personas, y generó una ola de reacciones en redes sociales, medios de comunicación y hasta en el ámbito político. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó sus palabras como “muy machistas”, y figuras del deporte y el espectáculo también se pronunciaron en contra. Este tipo de mensajes, cuando provienen de figuras públicas, tienen un impacto significativo. Según la Pirámide del Odio desarrollada por la Anti-Defamation League, los discursos que refuerzan estereotipos de género —aunque no inciten directamente a la violencia— constituyen la base de una estructura que puede escalar hacia formas más graves de discriminación y violencia. Y cuando estos discursos se difunden a millones de personas, su efecto se multiplica.
Pero aquí es donde vale la pena detenernos a reflexionar:
¿Es este el foco más importante en el que deberíamos poner nuestra atención como sociedad?
¿No estaremos, al amplificar tanto este tipo de mensajes, dándoles más poder del que realmente tienen, especialmente si no los analizamos con profundidad?
¿Qué pasaría si, en lugar de solo reaccionar, enseñáramos a discernir?
Porque si bien es cierto que las palabras de una figura pública pueden influir, también es cierto que una ciudadanía educada, crítica y reflexiva puede neutralizar ese impacto. Y ahí es donde entra nuestro papel como padres, madres, educadores y ciudadanos.
🔍 ¿Fue realmente un mensaje machista? Una mirada más amplia
Muchos han calificado el mensaje de Javier “Chicharito” Hernández como machista, y con razón: al hablar de que las mujeres deben “encarnar su energía femenina” cuidando, nutriendo y permitiéndose ser lideradas por un hombre, está reproduciendo estereotipos de género que han sido históricamente utilizados para justificar la desigualdad. Sin embargo, también es válido —y necesario— abrir el espacio al discernimiento. ¿Qué quiso decir realmente con “liderar”? ¿Y por qué no se habló tanto de la parte en la que también responsabiliza a los hombres?
En el mismo video, Chicharito afirma:
“Hombres, estamos fallando en la falta de compromiso. Poner a nuestra pareja lo último, no tener palabra y no priorizar hábitos para volvernos admirables…”
Este fragmento pasó casi desapercibido en la conversación pública, a pesar de que también es una crítica directa al rol masculino. ¿Por qué no se le dio el mismo peso? Además, el término “liderar” puede tener múltiples interpretaciones. En contextos familiares, liderar no necesariamente implica dominar, sino guiar, proteger, inspirar. De hecho, estudios sobre paternidad y masculinidad en la crianza muestran que muchos hombres entienden el liderazgo como una forma de acompañamiento afectivo y responsable, no como imposición.
🧠 ¿Y qué dice la ciencia sobre las diferencias entre hombres y mujeres?
La neuropsicología ha documentado que existen diferencias funcionales entre los cerebros de hombres y mujeres, influenciadas tanto por factores biológicos (como las hormonas sexuales) como por el entorno sociocultural. Estas diferencias pueden influir en la forma en que cada género procesa emociones, toma decisiones o se relaciona con el entorno. Pero los expertos también advierten: no se deben usar estas diferencias para justificar desigualdades. La ciencia no respalda la idea de que uno de los géneros deba liderar al otro. Más bien, invita a reconocer la diversidad y complementariedad, sin jerarquías. Este enfoque no busca justificar el mensaje de Chicharito, sino invitar a la reflexión crítica. Porque si queremos enseñar a nuestros hijos a discernir, también debemos mostrarles cómo analizar un mensaje desde distintos ángulos, sin caer en la polarización inmediata.
📣 ¿Por qué importa lo que dice una figura pública?
Javier “Chicharito” Hernández tiene más de 6.3 millones de seguidores en Instagram y 6.7 millones en TikTok1. Sus videos recientes, en los que habló sobre el rol de la mujer y la masculinidad, acumularon más de 140,000 “likes” y 7,000 comentarios en uno, y 25,000 “likes” y 4,000 comentarios en otro2. Si consideramos que los “likes” representan entre el 5% y el 10% de las visualizaciones, es probable que estos videos hayan sido vistos por más de 2 millones de personas. En un país como México, con una población de aproximadamente 130 millones de habitantes, eso representa un alcance potencial de entre 1.5% y 2% de la población total. Y si nos enfocamos en el público joven y digitalmente activo, el impacto es aún mayor.
Pero más allá de los números, lo que realmente preocupa es el tipo de mensaje que se transmite. Según la Pirámide del Odio, desarrollada por la Anti-Defamation League, los discursos que refuerzan estereotipos de género —aunque no inciten directamente a la violencia— constituyen la base de una estructura que puede escalar hacia formas más graves de discriminación y violencia. Esta pirámide nos recuerda que todo empieza con el lenguaje: con bromas, frases “inofensivas”, ideas normalizadas. Y cuando estas ideas vienen de alguien con visibilidad masiva, su efecto se multiplica. Como señala el informe del INADI sobre discursos de odio, los mensajes que circulan “desde arriba” —es decir, desde figuras públicas— adquieren legitimidad y fuerza simbólica, reforzando prejuicios ya existentes en la sociedad4.
Ahora bien, aquí es donde quiero invitarte a reflexionar conmigo:
¿Es este el foco más importante en el que deberíamos poner nuestra atención como sociedad?
¿No estaremos, al amplificar tanto este tipo de mensajes, dándoles más poder del que realmente tienen, especialmente si no los analizamos con profundidad?
¿Qué pasaría si, en lugar de solo reaccionar, enseñáramos a discernir?
Porque si bien es cierto que las palabras de una figura pública pueden influir, también es cierto que una ciudadanía educada, crítica y reflexiva puede neutralizar ese impacto. Y ahí es donde entra nuestro papel como padres, madres, educadores y ciudadanos.
🧠 ¿Y si el verdadero cambio empieza en casa?
Más allá del impacto de lo que dice una figura pública, los estudios coinciden en que el hogar es el espacio más poderoso para formar o transformar actitudes machistas. Y no se trata solo de lo que decimos, sino de lo que modelamos día a día. Investigaciones como las de la Universidad de Nariño y la Fundación La Caixa muestran que padres y madres influyen directamente en cómo los hijos perciben el rol de género. Un estudio reciente sobre interacciones familiares reveló que el sexismo de ambos padres se asocia con una crianza menos receptiva, lo que afecta el desarrollo emocional y social de los hijos. Y aquí es importante subrayar algo que muchas veces se pasa por alto: el machismo no se transmite solo desde el padre hacia el hijo varón. También se transmite desde la madre, cuando —sin querer— educa a sus hijas para aceptar el machismo. Frases como:
“Ayuda a tu mamá con la cocina, tú eres la niña.”
“Sirve la comida a tu papá y a tu hermano.”
“Tu hermano no tiene que lavar, eso es cosa de mujeres.”
Son ejemplos sutiles pero poderosos de una educación diferenciada que perpetúa el machismo. A los niños se les enseña que no deben hacer ciertas tareas porque “no les corresponden”, mientras que a las niñas se les inculca que deben cuidar, atender y obedecer. Este tipo de mensajes, aunque parezcan inofensivos, moldean la percepción del rol de género desde la infancia. Y como muestran los estudios del INADI y la UNESCO, la normalización de estos estereotipos es el primer peldaño en la Pirámide del Odio, que puede escalar hacia formas más graves de discriminación y violencia.
🧭 ¿Y qué papel juega el discernimiento?
Aquí es donde entra una herramienta fundamental: enseñar a discernir. Estudios como los de la UNAM y el Tecnológico de Monterrey demuestran que el pensamiento crítico permite a los niños cuestionar lo que escuchan, incluso si viene de figuras públicas o de sus propios padres. Les da la capacidad de separar la idea de la persona, de analizar sin juzgar, y de construir su propio criterio. Porque si queremos erradicar el machismo, no basta con señalarlo. Tenemos que educar para que no se reproduzca, y eso empieza por revisar lo que enseñamos en casa, por romper con la educación diferenciada, y por formar hijos e hijas capaces de pensar por sí mismos.
🌱 ¿Qué podemos hacer?
Después de todo lo que hemos analizado —el mensaje de Chicharito, su impacto como figura pública, los estudios sobre educación en casa, el rol de ambos padres, el pensamiento crítico y la educación diferenciada— la pregunta inevitable es: ¿y ahora qué? La respuesta no está en cancelar, ni en señalar, ni en indignarnos momentáneamente. Está en mirarnos hacia adentro. Los estudios que hemos revisado coinciden en que el machismo no se erradica solo desde lo público, sino desde lo íntimo. Desde el hogar, desde la crianza, desde las conversaciones cotidianas. Desde cómo tratamos a nuestros hijos e hijas, desde cómo nos relacionamos como pareja, desde cómo nos hablamos a nosotros mismos. Y eso requiere autoconocimiento. Requiere preguntarnos:
¿Qué ideas sobre el rol del hombre y la mujer estoy transmitiendo sin darme cuenta?
¿Estoy educando a mis hijos para pensar, o para obedecer?
¿Estoy enseñando a mi hija a servir, y a mi hijo a ser servido?
¿Estoy reproduciendo el machismo que me enseñaron, aunque ya no lo comparta?
Porque el machismo no solo se perpetúa con grandes discursos. Se perpetúa cuando le decimos a la niña que ayude en la cocina, pero no al niño. Cuando le pedimos a la hija que sirva la comida a su papá y a su hermano. Cuando le decimos al niño que no llore, que sea fuerte, que no se deje. Y también se perpetúa cuando no enseñamos a discernir. Cuando no les damos a nuestros hijos las herramientas para pensar por sí mismos, para cuestionar lo que escuchan, para no seguir ciegamente lo que dice una figura pública, por muy famosa que sea.
🌿 El cambio empieza en nosotros
No se trata de perfección, ni de tener todas las respuestas. Se trata de ser conscientes. De revisar nuestras creencias, nuestras palabras, nuestros gestos. De educar con intención, con empatía, con apertura. Porque si queremos una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, no basta con señalar el machismo afuera. Tenemos que reconocerlo adentro, y empezar a transformarlo desde ahí.
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📚 Estudios y fuentes consultadas
El machismo se cura con educación – ONG Educo: https://www.educo.org/blog/machismo-cura-con-educacion-la-escuela-protege
El impacto de la violencia machista en los hijos e hijas – Fundación La Caixa: https://elobservatoriosocial.fundacionlacaixa.org/es/-/el-impacto-de-la-violencia-machista-en-los-hijos-e-hijas-el-papel-de-la-escuela-segun-el-alumnado
Desarrollo del pensamiento crítico en Educación Primaria – Universidad de La Rioja: https://investigacion.unirioja.es/documentos/655c9888da93c5320dbe702e/f/655c9888da93c5320dbe702d.pdf
Educación en tiempos del género – Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-73782020000200021
Impacto del debate en el pensamiento crítico – Fundación Actívate: https://www.fundacionactivate.org/impacto-del-debate-pensamiento-critico/
El discernimiento como vía de diálogo – Universidad de Comillas: https://www.religiondigital.org/vaticano/Ramirez-Congreso-Napoles-discernimiento-dialogo-religion-iglesia-papa-francisco-fe_0_2133086674.html
Fathers’ and Mothers’ Sexism Predict Less Responsive Parenting Behavior – Journal of Family Psychology: https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/fam0001072
El patriarcado y la educación machista – El Salto Diario: https://www.elsaltodiario.com/feminismos/patriarcado-educacion-machista
Pirámide del Odio – Anti-Defamation League (ADL): https://www.adl.org/resources/tools-and-strategies/pyramid-hate
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"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"





Chicharito Hernández compartió un excelente mensaje, de despertar conciencia y liderazgo saludable.
Lastimosamente solemos vertir opciones sin leer con comprensión, lo mismo ocurre cuando conversamos, contestamos sin escuchar.
Somos una sociedad que no está presente.
Yo considero que el mensaje compartido por Javier "Chicharito" Hernández puede ser interpretado desde distintas ópticas, dependiendo de las creencias, valores y nivel de conciencia de cada persona. Lejos de verlo como una declaración sexista, por lo menos yo lo percibo como una invitación a reconectar con las energías masculinas y femeninas de manera más espiritual y armónica.
En esta era que vivimos de transformación, tanto los hombres como las mujeres contamos con herramientas que permiten reevaluar los patrones heredados de generaciones anteriores. Cada día representa una nueva oportunidad para adoptar hábitos conscientes, romper estereotipos limitantes y explorar formas más equilibradas de relacionarnos.
Desde mi visión, entiendo que el discurso de Chicharito no busca imponer roles, sino hacer un llamado…