Tri-biología: Mente y emociones no estan separadas del cuerpo
- Aarón Pérez
- 27 jul 2021
- 6 Min. de lectura
“El cuerpo no está separado de la mente ni de las emociones de la persona” - Aristóteles

Para poder entender bien la noción de umbral y los criterios que determinan el impacto emocional, hay que comprender lo que se denomina como tri-biología. Se trata de un concepto que tiene como base la idea que en su momento enunció Aristóteles y que establece que el cuerpo no está separado de la mente ni de las emociones. El ser humano es un todo integrado, sin embargo, a menudo sufre una falta de equilibrio entre la mente, las emociones y el cuerpo. La teoría afirma también que el cuerpo tiene un lenguaje que no se expresa con palabras (las palabras son propias de la mente). Es decir, si el cuerpo está sano, sin dolencias, nos está expresando que nuestro equilibrio es el correcto. Por el contrario, la aparición de algún síntoma, por pequeño que sea, indica una desarmonía entre las diferentes partes de nuestro ser. Esta forma de ver lo que sucede en el cuerpo, es lo que ha llevado a expertos a observar, estudiar y buscar cual es la relación posible entre el conflicto y la dolencia el cuerpo presenta. Dependiendo de la fuente, seguramente encontraremos diferentes relaciones entre el órgano o tejido afectado y la causa. Como podemos ver, este pensamiento holístico no es moderno.
Articulos relacionados:
Emociones, el vehículo que une el consciente con el inconsciente
La Tri-biología representa una manera de expresar este pensamiento aristotélico, según el cual la mente (psique), el cuerpo y el cerebro registran al unísono este impacto emocional antes explicado. Este gran maestro y pensador nos inspira a que nos acerquemos a la noción de coherencia emocional y entender que todo desequilibrio se manifiesta en el cuerpo como un dolor físico o una enfermedad. Cuando recibimos un impacto emocional súbito o acumulativo, todo nuestro sistema se resiente, tanto a nivel psíquico, como a nivel cerebral y orgánico. A nivel psíquico nos sentimos alterados, estamos estresados, nos cuesta dormir, no tenemos hambre, nos asaltan pensamientos obsesivos o repetitivos. A nivel orgánico sentimos dolores o molestias en ciertas partes del cuerpo, y muchas veces se nos manifiesta una enfermedad que está en relación directa con la forma en que procesamos el impacto emocional. A nivel cerebral ciertas partes del cerebro, llamadas focos de Hamer (FH), reciben este impacto emocional y se conforman los famosos anillos concéntricos que pueden ser observados mediante la técnica del tac.

Al final, el impacto emocional súbito o acumulativo se puede manifestar en su plenitud tanto en la mente (con una enfermedad mental), como en el cerebro (con tumores o gliomas) o en el cuerpo (en la afección de un órgano). Este impacto emocional se refleja en un área específica del cerebro, provocando una lesión que es visible en un escáner cerebral. El sentido del impacto emocional se comunica al órgano correspondiente. Según cuál sea la parte del cerebro afectada, el órgano responderá al shock del conflicto con un crecimiento (tumor), un deterioro de tejido (necrosis, ulceración) o una pérdida funcional (diabetes, disminución de la audición, esclerosis múltiple, etcétera). Cada área cerebral ha sido programada en el curso de la evolución para responder ante conflictos que puedan poner en peligro la supervivencia del grupo o de la especie. Lo que interesa de momento es comprender que todo impacto emocional, ya sea súbito o acumulativo, se manifiesta de forma simultánea en la esfera psíquica, en el cerebro y en el órgano correspondiente al área cerebral que ha recibido el impacto. El cerebro es la zona de comunicación o la interfase entre los tres.
Liberar la emoción oculta
Cada vez que recibimos un impacto del tipo descrito anteriormente, una emoción queda enquistada, secuestrada, oculta. Y se reprime a nivel inconsciente porque no está socialmente aceptado mostrarse de esa manera, o porque la persona no se permite a sí misma expresarla porque “está mal”. Cuando esta emoción se expresa, la persona se siente liberada, su cara cambia y adquiere otro color; muchas veces se puede apreciar una lágrima en cada ojo. La emoción oculta se libera mediante la expresión verbal. Se trata de un momento en el que lo no dicho, por fin se puede decir al mundo.
Cuando una persona es capaz de sacar a relucir la emoción oculta, dice cosas como:
Siento cólera... Ya no me hare cargo de esta situación
Me quedé paralizado del miedo que pase...
Tengo ganas de expresar toda mi ira contra…
Estoy harto de doblar las manos...
Odio a mi padre/madre... me asfixia y quiero liberarme de esta situación...
Esto ya no lo soporto más, todos me dan asco...
Verlo me provoca mucho asco, ¡No quiero ni verlo!...
¡Me da mucha rabia! Se me revuelve el estómago cuando...

Como podemos ver, la emoción oculta se expresa como una necesidad biológica no satisfecha. Cuando la persona asume esta emoción, entonces se puede replantear una decisión. Esta toma de conciencia nos lleva a pasar directamente a la acción. De no hacerlo así, si nos perdemos en justificaciones, la psique no comprende, sigue estresada y el problema se puede agravar. El impacto emocional afecta a las tres partes a la vez, y el conflicto emocional afectará a una de ellas en función de la propia idiosincrasia del sujeto. Las personas mentales pueden vivir este impacto en forma de dolor de cabeza o de tumor, mientras que en las personas viscerales se manifestará como un problema orgánico y en quienes estén totalmente sobrepasados puede dar lugar a síntomas de enfermedad mental. Es tambien importante considerar otro aspecto importante que aborda la PNL (programación neurolingüística), el concepto de raíl también llamado anclaje; es decir, la huella neuronal que queda impresa en el sistema emocional y que puede ser retomada por los sistemas sensitivos (gusto, oído, tacto, olor, vista) como consecuencia de cualquier acontecimiento con poca carga emocional o problemática. El raíl o anclaje se dispara de una forma inconsciente y hace revivir una situación anterior, aprendizajes traumáticos a los que llamamos programas.
¿Qué son los anclajes?
El anclaje consiste en la asociación que existe entre un estímulo, que puede ser visual, olfativo o cinestésico, a un estado emocional. De esta forma, cuando repetimos el estímulo se evocará el estado emocional al que asociamos dicho estimulo cuando hicimos el anclaje. En psicología este hecho se llama “respuesta condicionada”
El origen de los anclajes
Iván P. Pavlov, Premio Nobel de Psicología y Medicina en 1904, investigaba sobre los procesos digestivos de los perros y su salivación ante la comida. A medida que avanzaba en sus estudios se dio cuenta de que el perro salivaba cuando veía la comida, antes incluso de que se la acercasen e incluso cuando oía los pasos de las personas que le iban a poner el alimento. Pávlov decidió investigar qué era lo que provocaba esa salivación variando los estímulos: metrónomos, luces, campanas, etc. Hizo sonar una campanilla mientras el perro comía. Tras repetirlo en varias ocasiones descubrió que solo haciendo sonar la campanilla, el perro salivaba, aunque no tuviese delante la comida, ni tan solo estuviese presente. Al hacer sonar la campanilla ante la presencia de la comida Pavlov creó en el perro una relación entre ambas cosas, esta relación se llama “reflejo condicionado” en Psicología.

El proceso en el que asociamos un estímulo a un estado emocional se llama anclaje. En PNL llamamos ancla al estímulo que dispara el estado emocional al que lo hemos asociado. A lo largo de nuestra vida generamos, muchas veces sin ser conscientes, múltiples anclas, aquella canción que nos recuerda el primer amor, el sabor de la comida que nos hacia nuestra abuela. Algunas de las anclas más comunes son el café, el olor a pan recién hecho, la fotografía de un lugar en el que estuvimos de vacaciones, o de un ser querido. Estos ejemplos para muchas personas probablemente serán anclas positivas, ya que nos evocan estados emocionales agradables. Sin embargo todos tenemos también anclas negativas, que cuando se activan producen recuerdos y emociones desagradables. Las anclas positivas evocan emociones agradables, nos hacen sonreir, refuerzan nuestra confianza, en resumen nos empoderan. Las anclas negativas evocan estados emocionales desagradables, nos limitan, nos producen miedo y emociones que limitan nuestras capacidades. “Toda persona cuenta con los recursos necesarios…” dice una de las presuposiciones de la PNL. Dentro de nosotros está aquel recuerdo, aquella experiencia que puede aportarnos los recursos que necesitamos para afrontar las situaciones que se nos presentan, el dilema está en como acceder a estos recursos en el momento en el que los necesitamos. Los anclajes nos permiten acceder a nuestros recursos internos en el momento que los precisamos.
Ahora es tu turno: ¿Eres consciente de que todo lo que sucede en tu cuerpo, esta unido a tus emociones? cuéntamelo en comentarios.
Gracias por leerme, si te ha gustado compártelo
Videos relacionados:
Referencias:
Libro: Tratado en Bioneuroemoción
"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"
Sígueme en mis redes sociales:
Facebook:
Gestión emocional - Aarón Pérez: https://www.facebook.com/AaronPerezCoach/
Viviendo un Curso de Milagros - Aarón Pérez: https://www.facebook.com/UCDMAaronPerez/
Podcast Despertar Consciente: https://anchor.fm/aaronperez
Twitter: https://twitter.com/APerezS78
Whatsapp: https://wa.me/521833385769191
Kommentare