La abstinencia de la Carne en cuaresma
- Aarón Pérez
- 5 mar 2021
- 7 Min. de lectura

Mateo 15
1 entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:
2 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
11 no lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
El Dogma de la Religión acerca de la abstinencia de la carne.
La Iglesia ordena que los católicos practiquen la abstinencia de la carne como una forma de unirse a todos en un espíritu de penitencia, para recordar la muerte del Señor. ¿Por qué se abstienen de comer carne los viernes? ¿Lo dice la Biblia? Partimos el tema con un fuerte NO. ¿Es anti bíblico? TAMPOCO. Sin embargo, los no católicos han encontrado un texto para condenar la abstinencia ordenada por la Iglesia:
“Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán me tira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios creo para que con acción de gracias participasen de ellas los que han conocido la verdad” (1 Tim 4, 1-4)
Para colocar este verso en su verdadero contexto, debemos entender que pasaba en la época de San Pablo. Citando una fuente no católica para mejor transparencia en el tema: En aquellas comunidades la carne disponible para ser comprada en el mercado público a menudo provenía de un animal que había sido ofrecido, total o parcialmente, como un sacrificio a los diferentes ritos religiosos paganos. El problema para la comunidad cristiana de aquel entonces era saber si era apropiado o no comer esta clase de carne: Pablo anima a los cristianos en Roma y en Corinto a recordar que, aunque no se prohibía específicamente comer esta carne, las personas sensatas evitarían hacerlo si otros podían ofenderse. Como vemos, San Pablo condena a aquellos que prohíben en todos los casos la carne, para evitar consumir algo que pudo haber sido sacrificado a los ídolos, como posteriormente enseñarían los maniqueos.
“No vayas a destruir la obra de Dios por un alimento. Todo es puro, ciertamente, pero es malo comer dando escándalo. Lo bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa que sea para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad” (Rom 14, 20-21) Así, Pablo nos invitaba a examinar nuestra actitud para no afectar la fe de nuestro hermano. Así que el texto de Timoteo nada tiene que ver con la práctica de la Iglesia en los viernes de Cuaresma.
Simbolismo del viernes
¿Qué representa el viernes en la liturgia de la Iglesia?
Jesucristo murió un viernes, y es algo que nos expresa la Biblia (Mc 15, 42). La muerte de Cristo, aunque mostró su victoria sobre el mal y la derrota del diablo, para nosotros los cristianos, nos llena de tristeza por todos los padecimientos que sufrió el Señor. Es algo natural para aquellos que sentimos el dolor de la cruz, un dolor que debía ser nuestro por nuestras faltas pero que él quiso llevar sobre sus hombros. Los discípulos de Emaus nos expresan este sentir cuando el Evangelio de Lucas narra: “Él les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?" Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!" (Lc 24, 17-18) Si los primeros cristianos y la naturaleza sintieron el dolor por la muerte del Señor, ¿qué actitud debemos tener nosotros? Debemos concientizarnos de esto y tratar de ofrecer nuestra vida en un permanente caminar por ese camino de la cruz. Por eso, la Iglesia toma este día como un recordar la muerte de Cristo, adentrarnos en este acontecimiento y hacerlo propio.
¿Y por qué carne?
Ya en la época de San Jerónimo, en el siglo IV surgió una controversia con Joviniano, quien como los protestantes modernos veían innecesario el abstenerse de carne, así que no son nuevos los ataques que enfrentamos los católicos. La principal necesidad fisiológica del ser humano es el comer. Es algo tan vital que hasta cuando Jesús sintió hambre, fue tentado por el diablo. Así que la Iglesia ha querido en aras de mantenernos en un mismo espíritu de penitencia en esta época, el considerar que ofrezcamos el sacrificio de no comer carne en memoria de la muerte del Señor. Quiere decir que lo importante de la abstinencia de carne, no es privarse de la carne en sí, si no rememorar la muerte del Señor, como señal de sacrificio. Finalmente tenemos que responder cómo cuando los servidores le respondieron a Naamán al cuestionar la orden de Eliseo para ser curado de la lepra:
“Si el profeta te hubiera mandado una cosa extraordinaria ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más si él te dice simplemente: ¡Báñate y quedarás limpio!" (2 Re 5, 13) La Iglesia ordena que los católicos practiquemos la abstinencia de la carne como una forma de unirse todos en un espíritu de penitencia, para recordar la muerte del Señor y someter el cuerpo al espíritu privándonos de comer un alimento muy común y apetecido por la gran mayoría. Pero está en cada uno, revisar su vida y sus actos y ofrecer a Dios algún tipo de mortificación adicional que nos haga reflexionar nuestro comportamiento y nuestra respuesta hacia Dios.
VII. El cuerpo como medio de comunicación
Los ataques son siempre físicos. Siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión. Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros a través de él. No percibes a tus hermanos tal como el Espíritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía. Esta interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto al valor de éste. El cuerpo de por sí, no tiene ningún valor.
Si usas el cuerpo para atacar, éste se convierte en algo perjudicial para ti. Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. Si usas el cuerpo sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. La comunicación pone fin a la separación. El ataque la fomenta. El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible, perjudicial o útil, dependiendo del uso que se haga de él. Si tu cuerpo se convierte en un medio que pones a disposición del Espíritu Santo para que Él lo use en nombre de la unión de la Filiación, no verás lo físico excepto como es. Úsalo para la verdad y lo verás correctamente. Úsalo incorrectamente y lo interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la paz.
Cuando ves a un hermano como una entidad física "pierdes" su poder y su gloria así como los tuyos. Lo has atacado, pero tienes que haberte atacado a ti mismo primero. Como parte de ti, él es santo. Como parte de mí tú lo eres. La Biblia dice: "El Verbo (o pensamiento) se hizo carne. Estrictamente hablando eso es imposible, parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. EI pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. El pensamiento es comunicación, para lo que sí se puede usar el cuerpo Éste es el único uso natural que se puede hacer de él. La curación es el resultado de usar el cuerpo exclusivamente para los fines de la comunicación. Toda mente es íntegra, y la creencia de que parte de la mente es física, o no mental, es una interpretación fragmentada o enfermiza. Es imposible convertir a la mente en algo físico, pero es posible hacer que se manifieste a través de lo físico si usa al cuerpo para ir más allá de sí misma. Al hacer eso la mente se extiende: No se detiene en el cuerpo porque si lo hace su propósito queda obstruido. Una mente que ha sido obstruida se ha permitido a sí misma ser vulnerable al ataque porque se ha vuelto contra sí misma.
Un medio de comunicación deja de ser útil si se emplea para cualquier otra cosa. Comunicar es unir y atacar es separar. Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar a tu mente y hacerte daño a ti mismo. Tú no estás limitado por el cuerpo, y el pensamiento no puede hacerse carne. La mente puede manifestarse a través del cuerpo si va más allá de él y no lo interpreta como una limitación. El ataque no existe, lo único que existe es comunicación ilimitada, por lo tanto, poder y plenitud ilimitados. El poder de la plenitud es la extensión. No dejes que tus pensamientos se detengan en este mundo, y tu mente se volverá receptiva a la creación en Dios.
VI. El reconocimiento del espíritu
O bien ves la carne o bien reconoces el espíritu. En esto no hay términos medios. Si uno de ellos es real, el otro no puede sino ser falso, lo que es real niega a su opuesto. La visión no ofrece otra opción que ésta. Lo que decides al respecto determina todo lo que ves y crees real, así como todo lo que consideras que es verdad. De esta elección depende todo tu mundo, mediante ella estableces en tu propio sistema de creencias lo que eres: carne o espíritu. Si eliges ser carne jamás podrás escaparte del cuerpo al verlo como tu realidad, tu decisión reflejará que eso es lo que quieres. Pero si eliges el espíritu, el Cielo mismo se inclinará para tocar tus ojos y bendecir tu santa visión a fin de que no veas más el mundo de la carne, salvo para sanar, consolar y bendecir.
Si eliges ver el cuerpo, ves un mundo de separación, de cosas inconexas y de sucesos que no tienen ningún sentido. La salvación es el proceso que deshace todo esto. No se te pide que contemples el espíritu y no percibas el cuerpo. Simplemente te pide que ésa sea tu elección. Puedes ver el cuerpo sin ayuda, pero no sabes cómo contemplar otro mundo aparte de él. Tu mundo es lo que la salvación habrá de deshacer, permitiéndote así ver otro que tus ojos jamás habrían podido encontrar. Cómo va a lograrse esto no es algo que deba preocuparte. No comprendes cómo apareció ante ti lo que ves, si lo comprendieras desaparecería.
Tú que crees que puedes ver al Hijo de Dios como quisieras que fuese, no olvides que ningún concepto que abrigues de ti mismo puede oponerse a la verdad de lo que eres. Erradicar la verdad es imposible. Pero cambiar de conceptos no es difícil.
"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"
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