A propósito de: Miércoles de Ceniza
- Aarón Pérez
- 17 feb 2021
- 4 Min. de lectura
Apocalipsis 1:8. Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

En la biblia se menciona que Jesús dijo que él era el alpha y el omega, Sin embargo, lo que muchos pasan por alto es que Jesús hablaba en arameo, por lo tanto, Jesús tendría que haber dicho "Yo soy el aleph y el tav". Esto podría parecer un dato insignificante, pero los filólogos afirman que existen muchos textos que se han tergiversado con las traducciones.
En Ezequiel 9:4 se menciona: Y Yahveh le dijo: "Pasa por la ciudad, por Jerusalén, y marca una cruz en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella"

Hasta antes de que el emperador Constantino I estableciera la cruz como símbolo religioso en el edicto de Milán (año 313 d.c.), la cruz no era un símbolo que se relacionara con Jesús, incluso posterior a su muerte, haber portado una cadena con una cruz sería equivalente a portar hoy en día una cadena con una silla eléctrica. La cruz hasta ese entonces era un símbolo de tortura.
En Ezequiel se menciona que Jesús pide marcar a las personas en la frente, y tal como he mencionado, en aquel entonces no se utilizaba la cruz como símbolos religiosos y no se le relacionaba en ningún sentido con Jesús. Sin embargo, los expertos que han estudiado las evidencias históricas tienen bases para afirmar que a las personas se les marcaba en la frente con algo parecido a una cruz inclinada (imagen anexa). Pero está en realidad no se trataba de una cruz, sino más bien se trataba de la letra “tav”, que es la última letra del alfabeto hebreo, con este símbolo se indicaba que las personas marcadas habían llegado al fin, pero no en el sentido de algo terminado, sino de forma metafórica, como una resurrección en el espíritu, el inicio de una vida espiritual.

Un curso de milagros dice:
“Son muchos los que se han pasado toda una vida preparándose y ciertamente han tenido sus momentos de éxito. Este curso no pretende enseñar más de lo que ellos aprendieron en el tiempo, pero sí se propone ahorrar tiempo. Tal vez estés tratando de seguir un camino muy largo hacia el objetivo que has aceptado. No es necesario que dediques toda tu vida a la contemplación, ni que pases largos períodos de tiempo meditando con objeto de romper tu atadura al cuerpo. Todos esos intentos tendrán éxito a la larga debido a su propósito. Pero los medios son tediosos y requieren mucho tiempo, todos ven la liberación de la condición actual de insuficiencia y falta de valor en el futuro.”

En muchas ocasiones, más que elegir un camino, nos enseñan cuál es el camino que debemos de seguir, este puede ser el caso de una religión. Es cierto que cada uno tienen el derecho a elegir una religión que profesar, pero es bastante común el hacer todo lo que se nos dice, sin reflexionar acerca del por qué, el origen o el sentido de determinados rituales. Más allá de todo esto, tal y como un curso de milagros dice, existen muchos camino o formas para llegar al despertar espiritual, algunos te exigirán un mayor esfuerzo que otros, ninguno de ellos es mejor que el otro, debido a su propósito todos te llevan al mismo punto, la característica en común es que todos son un medio y no un fin, todos te retrasaran al estar en función del tiempo, es decir, ven el despertar espiritual como algo que se tienen que alcanzar en el futuro. Existe un camino diferente, no en cuanto a su propósito, sino en cuanto a que te ahorra tiempo. Esa es la única promesa que hace un curso de milagros, que, mediante un cambio de percepción, el despertar acontece en el único tiempo en que es posible que suceda.
“Tu camino será diferente, no en cuanto a su propósito, sino en cuanto a los medios. Cuando la paz llega por fin a los que luchan contra la tentación y batallan para no sucumbir al pecado; cuando la luz llega por fin a la mente que se ha dedicado a la contemplación; o cuando finalmente alguien alcanza la meta, ese momento siempre viene acompañado de este feliz descubrimiento: "No tengo que hacer nada”. Hacer algo siempre involucra al cuerpo. Y si reconoces que no tienes que hacer nada, habrás dejado de otorgarle valor al cuerpo en tu mente. He aquí la puerta abierta que te ahorra siglos de esfuerzos, a través de ella puedes escaparte de inmediato, liberándote así del tiempo. Ésta es la forma en que el pecado deja de ser atractivo en este mismo momento.”
"Encontrarte a ti mismo, por ti mismo"
Sígueme en mis redes sociales:
Facebook:
Gestión emocional - Aarón Pérez: https://www.facebook.com/AaronPerezCoach/
Viviendo un Curso de Milagros - Aarón Pérez: https://www.facebook.com/UCDMAaronPerez/
Podcast Despertar Consciente: https://anchor.fm/aaronperez
Twitter: https://twitter.com/APerezS78
Whatsapp: https://wa.me/521833385769191
Comments